jueves, 29 de noviembre de 2012

Los mejores discos de 2012 (I)

Suelo estar algo deprimido cuando se acerca el final del año. Quizá es que, como comentaba una amiga mía, aficionada a temas esotéricos y pelín chiflada, esta época coincide con mi etapa de renovación energética anual (soy nacido a finales de noviembre).  O Igual es que ya huelo la Navidad, época que odio con rabia (nada) contenida. Años atrás fantaseábamos con unos colegas sobre la posibilidad de crear un comando anti-navideño: la fachada de El Corte Inglés y las luces callejeras hubieran sufrido nuestra furia.

Pero hay algo que adoro de estas fechas: las listas de mejores discos del año. Soy un freaky absoluto de las listas. Incluso compro revistas que, en condiciones normales, no tocaría ni con un puntero láser sólo para ver los tops que publican, aunque contribuyan a mi depresión.

Esta vez voy a abandonar mi papel pasivo/receptor para convertirme en emisor de una nueva lista. Todavía no hay suficientes, el mundo necesita millones de listas absurdas. Aquí está mi top 10 del año, que publicaré en dos entregas, ordenados sin ningún criterio (por aquello de la coherencia personal). No se si son los mejores pero, desde luego, son los que me han tocado la fibra o me han hecho levantar del asiento.


Boys & Girls - Alabama Shakes





















Muy meritorio lo que ha hecho esta jovencísima banda, sin casi experiencia previa en el mundo de la música. Se les ha acusado de ser un "Hype", cosa que no entiendo: son más feos que Picio, su música es 0 comercial y no son ingleses, no veo el "Hype" por ninguna parte. También se comenta que se les ha dado mucho bombo por ser los apadrinados del ubícuo Jack White. Por último se les tacha también de ser unos revivalistas chuparuedas, como si en el mundo del Rock todas las bandas fueran el colmo de la pureza y la originalidad. Lo cierto es que su éxito de ventas ha dado lugar a situaciones paradójicas como que la revista "Classic Rock" les otorgue un 6/10 y "RockdeLux" hable maravillas de ellos: el mundo al revés. Ni caso, "Boys & Girls", que ya comenté hace un tiempo por aquí, es un disco cojonudo, que exuda Soul-Rock orgánico (con ecos de Otis Redding, Steve Crooper, Stax...) por todos sus poros, en el que sobresale la prodigiosa voz de Brittany Howard. Temas fantásticos como  "Hold On", "I Found You", "Hang Loose", "Be Mine" o "Rise To The Sun".


The Russian Wilds - Howlin' Rain





















Monumental disco el que se ha sacado de la manga el grupo liderado por Ethan Miller, una mezcla de rock clásico, psicodelia, armonías vocales folkies, Soul y un puntito de Jazz. La tripleta inicial "Self Made Man", "Phantom Of the Valley" (gran canción, de ecos "santaneros" y con arreglos de viento estilo fronterizo) y "Can't Satisfy Me Now" es realmente espectacular, sobre todo esta última, donde Miller (sensacional en todo el disco) hace una exhibición vocal con un rajo soul que pone los pelos de punta: falsetes, gritos, susurros y lamentos que ilustran la historia de un doloroso reencuentro. Una de las canciones del año. Otros temas destacados "Cherokee Werewolf", "Dark Side" o "Beneath Wild Wings". Una obra, aunque menos guitarrera que trabajos anteriores, realmente redonda. Ahora sólo les queda dar el do de pecho en directo, los tuvimos por aquí hace poco, donde no acaban de remachar su excelente trabajo en estudio.


Wrapped Around My Middle Finger - Donnie Vie





















Después de un tiempo desaparecido, lidiando (supongo) con sus demonios personales, el que fuera una de las cabezas visibles de los nunca suficientemente valorados Enuff Z' Nuff (los perros verdes del Glam Metal), ha vuelto con un disco que ha resultado toda una sorpresa. Combinando fuerza y deliciosas melodías Pop (su marca de fábrica), Vie se muestra especialmente inspirado en la composición y en una forma vocal envidiable. Desde la inicial "Wrapped Around My Middle Finger" (gran trabajo de guitarra), pasando por la melodramática "Wunderland", la beatleliana (una de sus influencias de siempre) "Lisa", el baladón "Daddy's Girl", la épica "Now Ya Know" (buenísimo tema), la pegadiza "Rattle On" (que por momentos me ha recordado a Tom Petty) o "Lollipop", un tema muy dinámico que sirve de cierre a un irresistible trabajo. Un disco con ángel.


Handwritten - The Gaslight Anthem





















Rebosante de pasión y de una energía y romanticismo casi adolescentes, "Handwritten" es la confirmación de que The Gaslight Anthem son una gran banda. Con un sonido cercano a Springsteen y Social Distortion, el disco tiene de todo: hits clarísimos como "Handwritten", "Howl" o "45", medios tiempos resultones como "Mae", "Keepsake", "Here Comes my man" o "Too Much Blood" o el acústico "National Anthem". La verdad es que es dificil encontrar algún tema flojo, es un disco repleto de buenas melodías y canciones con gancho. Si consiguen ampliar un poco su registro sonoro y pulen las pequeñas pegas que se les vieron en su reciente concierto en Barcelona, podrían ser uno de los grandes grupos del futuro.


Hot Cakes - The Darkness





















Ya desde la portada, "Hot Cakes" da todo lo que promete: auténtico caramelo. Confieso que nunca he sido un gran fan de los Darkness: me parecían un grupo un poco pastiche y la voz de Justin Hawkins podía conmigo. Pero después de su gran concierto en el Azkena 2012, cambié radicalmente de opinión. Y con su último trabajo me han ganado definitivamente para la causa. Sin tener un tema tan pegadizo como "Believe In a Thing Called Love" o "One Way Ticket", "Hot Cakes" es su mejor y más consistente disco hasta el momento. Con un Justin Hawkins en estado de gracia compositiva, The Darkness continúan con su sonido característico, un cruce bastardo entre Queen y AC/DC, en un trabajo que desprende buen rollo a raudales: "Every Inch Of You", "Keep Me Hanging On", "Everybody Have A Good Time", "She Just A Girl Eddie" (por la que los hermanos Young matarían). Incluso la balada "Forbidden Love", que en manos de otros sería una horterada insufrible, sortea con elegancia la fina línea que la separa del ridículo para acabar conviertiéndose en un convincente temazo. Mención especial para los solos de guitarra de Justin, que prescinde de masturbaciones de mástil sin sentido: concisos, con todas las notas en su sitio y llenos de Feeling. Directo, festivo y alegre a más no poder, si este disco no consigue que salgas una noche de viernes a comerte el mundo, nada lo hará.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Vapor: huyendo del mundanal ruido


Eso es lo que hacemos todos: inventar el mundo a cada momento para no enfrentar el horror supremo del vacío más absoluto


Hacía tiempo que no teníamos noticias de Francesc Capdevila, de nombre artístico Max, hasta hace unos días, en que presentó en el FNAC su nueva obra, "Vapor". Acompañado por Toni Guiral (crítico, editor y guionista de cómics) y Pepe Gálvez (guionista también), Max estuvo explicando el proceso creativo que le ha llevado a culminar este trabajo.

La verdad es que el acto de presentación fue muy interesante y dio mucho de sí. En primer lugar Gálvez y Guirao se refirieron a las diferentes influencias gráficas que podían rastrearse en la obra, como el "Krazy Kat" de George Herriman, de autores clásicos del underground, como Robert Crumb o Gilbert Shelton o del maravilloso Winsor McCay , uno de los pioneros del cómic. También hablaron de las influencias literarias, como los sonetos con estrambote o la ironía.

Por su parte Max habló de los recursos técnicos que fue utilizando durante el desarrollo de "Vapor". A diferencia de anteriores obras, en este caso se trata de una obra en blanco y negro. El autor se enfrentaba a escenarios mucho más austeros (el escenario de la historia es un desierto) y quiso darle un tono mucho más orgánico. Comentó también que, dada la desnudez de los escenarios, optó por jugar mucho con la composición de viñeta y, en algunos casos, utilizar texturas de trazos negros verticales negras para conseguir más fuerza gráfica.

Se refirió también al carácter casi "artesanal" de la obra, en la que no había utilizado el ordenador (cosa que sí suele hacer en sus trabajos en color) y la rotulación la había hecho él mismo a mano. Max habló también, a preguntas de los asistentes, de sus autores actuales favoritos, como Chris Ware, David B. o Charles Burns. Para finalizar, comentó la grata experiencia que ha supuesto documentar todo el proceso de creación y elaboración de "Vapor" en un blog, que resulta de lo más didáctico e ilustrativo. 

"Vapor" es un muy buen trabajo, formalmente muy sobrio, como ya se ha comentado y con un fondo místico, onírico y algo amargo. Cuenta la historia de Nicodemo, que harto de la superficialidad de la vida cotidiana, huye al desierto para tratar de encontrarse consigo mismo y de dejar atrás la banalidad del mundo, cosa nada fácil. Ahí conocerá a diferentes personajes: el gato Mosh, un cuervo de nombre Juanita, Hércules el leñador, la reina de Saba o ese ente abstracto llamado Vapor.

El trabajo de composición de página es excelente, combinando viñetas pequeñas con splash pages y jugando con orientaciones verticales y horizontales. Destacaría especialmente las páginas en que luchan el gigante de hielo con el de carbón; las escenas en que Nicodemo discute con su sombra (que son casi expresionistas) o el desfile final del séquito de la Reina de Saba, en que consigue casi un efecto visual de travelling.

Un trabajo muy recomendable y que demuestra que Max sigue en muy buena forma. Puestos a recomendar, si alguien no conoce el trabajo de Max, que no dude en hacerse con la reciente reedición de "Peter Pank", con "Bardin el Superrealista", obra por la que se le concedió el Premio Nacional del Comic en 2007 o con "Hipnotopía", una excelente recopilación de ilustraciones (cartelería sobre todo) e imágenes en el que se puede ver la evolución de su estilo.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Serie Z 2012, bendito festival


Bendito festival y bendita locura.

Porque para montar un evento como este, en noviembre, en un lugar como Jerez, tradicionalmente alejado de las giras que montan los grupos consagrados, y en una sala con capacidad para 800 personas, hay que estar o loco, o perdidamente enamorado del arte. Y más después de la suspensión del festival en 2004, tras las grandes ediciones de 2002 y 2003, por donde pasaron grupos como Quireboys, Twisted Sister, Junkyard, Dictators o Radio Birdman. Por suerte para todos, en 2011 el festival volvió y, después de la magnífica edición de 2012, de grandísimo nivel, esperemos que para quedarse definitivamente.


Viernes 2 de noviembre


La banda vitoriana Arenna abrió el festival, con su sonido Stoner. Un servidor no tuvo la oportunidad de verlos pero por lo que me comentaron, estuvieron más que bien (por lo que tengo entendido, en directo son valor seguro), interpretando temas como "Fall Of The Crosses" de su magnífico "Beats of Olarizu".

El power trio Pontus Snibb III fueron los segundos en tocar y confirmaron las buenas sensaciones que ya ofrecieron en el Azkena Rock Festival. Tocaron temas de sus dos trabajos "Admiral Street Recordings II" y "Loud Feathers": "Hounds of Hell", "Saviour", "Bullet", el magnífico medio tiempo "Chasing Down A Dream" e incluyeron un cover de Steve Miller Band, "Rock'n Me". Notable concierto.



El siguiente fue el bluesman Scott H. Biram que con su sola presencia y la de sus guitarras fue capaz de llenar el escenario en un gran bolo, en el que interpretó con una fuerza brutal temas como "Still Crazy, Still Drunk, Still Blue", "I Want My Mojo Back", "I'm Goin' Home" o "Judgement Day". Después de su último canción, se despidió dejando una guitarra acoplada, toda una declaración de intenciones. Grande.

Bonafide fueron la primera sorpresa del día. Las referencias previas hablaban de una banda simplemente correcta en vivo, pero lo cierto es que en Jerez dieron un concierto excelente con su hard rock de corte acedecero. El pluriempleado Pontus tocando y cantando como siempre (muy bien) pero arropado además por una sólida banda, en la que destacó Martin Ekelund, su excelente bajista. Empezaron a todo trapo con "Doing The Pretty" y "Dirt Bound". Durante "The Mess" Pontus bajó a tocar entre el público para enfrascarse luego, al final de "Down", en un duelo guitarrero con Mikael Fässberg, el guitarra rítmica. Nos regalaron una versión de "Nice Boys (Don't Play Rock'n Roll)" de Rose Tatoo, que aparece en su último trabajo, el EP "Old, New, Tried & True" y finalizaron por todo lo alto con la brutal "Fill Your Head With Rock". Días más tarde confirmaron en la sala Rocksound de Barcelona que lo de Jerez no fue flor de un día, poniendo el local patas arriba. Bien por ellos.



Blayne Cartwright, que ya estuvo en Jerez en ediciones anteriores con Nashville Pussy y Nine Pound Hammer, no podía faltar. Vino a presentar su nuevo proyecto "Hail Jesus" con los Kentucky Bridgeburners, por lo que me comentaron (yo estaba reponiendo fuerzas después de casi 4 horas de bolos sin apenas pausa) fue un auténtico pelotazo de Rock'n Roll, con temas como "Hail Jesus", "Don't Knock" o "Look Up The Bible". Aprovechando que su larguísima gira pasa por Barcelona (también en la Sala Rocksound), esta vez no voy a perdérmelos.

No lo tenía muy claro a priori con Leaf Hound, un caso parecido al de Pentagram: banda de culto, reconocida como influencia por bandas actuales de Stoner, pero que no se prodigan mucho en directo y de trayectoria muy errática, con solo dos discos publicados en casi 40 años, "Growers of Mushroom" (1971) y "Unleashed" (2007). Craso error, a pesar de que el único miembro original que queda es el cantante Peter French, su bolo fue excelente, destacando sobre todo Luke Rayner, soberbio guitarrista. French también demostró estar en buena forma (fondoncillo pero luciendo brazos de leñador, mejor no meterse con él), perfecto de voz y con un aspecto juvenil. Lo cierto es que bordaron temas como "Growers of Mushroom", "Freelance Fiend", "Breakthrough", "Barricades", "Stop, Look & Listen" o "Too Many Rock'n Roll Times", en los que Rayner se salió.



Llegaba el turno de los Flaming Sideburns, que prometían diversión con su Rock'n Roll entre garagero y stoniano. A pesar de empezar algo fríos, se fueron entonando con temas como "Swimming in Bombay", "La Bruta", "13 women" o "World Domination". Su frontman, el argentino, Eduardo Martínez acabó conviertiéndose en el perfecto maestro de ceremonias, vacilando con sus maracas y metiéndose entre el público para acabar colgado de la estructura de luces del escenario, casi dos metros bien buenos, poca broma. Adrenalínico bolo en el que destacaron dos de mis temas favoritos: las stoogianas "Loose My Soul" y "Street Survivor".



El plato fuerte de la noche llegó casi después de 9 horas prácticamente ininterrumpidas de actuaciones: Los Wishbone Ash de Martin Turner empezaban su actuación con un "The King Will Come" que sonaba perfecto. Tras él un puñado de temas clásicos como "Throw Down The Sword" o "Warrior". Y un servidor que se retiró a media actuación, que después estaba previsto un postconcierto que prometía ser largo (y lo fue).


Sábado 3 de noviembre


La larga noche postconcierto hizo que mi jornada del sábado empezara con el trío holandés Vanderbuyst, banda de la que no tenía ninguna referencia. Grupo de onda NWOBHM, hicieron un show lleno de fuerza y entusiasmo en el que incluyeron temas propios como "To Last Forever" y una versión de "Rock Bottom" de UFO. No van a cambiar la historia de la música pero lo que hacen, lo hacen muy bien.




Y con White Cowbell Oklahoma llegó la fiesta. Ya les había visto teloneando a Michael Monroe y me habían causado muy buena impresión. Ciertamente su Hard Boogie sureño puso patas arriba la sala y con su carisma escénico se metieron a la gente en el bolsillo. Esta vez no pudieron hacer su ya clásico Show del rollo de papel y la sierra mecánica pero dio lo mismo. Clem Rock bajó a tocar entre el público, paseándose por toda la sala (¿es una costumbre del Z que todo dios baje del escenario?) y Chainsaw Charlie, el maestro de ceremonias y experto en efectos especiales, hizo otro tanto, repartiendo bourbon a diestro y siniestro, animando al personal y prendiendo fuego a su cencerro. Tocaron sus temas habituales como "Cheerleader", "Monster Truck" o "Put The South In Your Mouth", una versión de "Speed King" de Deep Purple y canciones de su último trabajo ("Buenas Nachas") como "Diabla Diabla" o "Get Back To The Groove". Arrolladores.



Clase, ese es el adjetivo con el que definiría a Jim Wilson, un músico que no ha alcanzado todo el reconocimiento que merecería. En el Serie Z traía bajo el brazo su primer disco en solitario "Bleeding", un muy buen trabajo. Empezó el concierto con la instrumental "Heavy Petting", que enlazó con "Bleeding", tema muy guitarrero de potente riff. Pronto quedó de manifiesto que la base rítmica que le acompañaba no eran Mother Superior, sino dos temporeros que se limitaban a cumplir. Comparaciones injustas al margen, el amigo Jim dio el 100% y cantó y tocó de maravilla en todos los temas, tanto los nuevos como "Honest Mistake" o "Holdin' Out for Love", como los de Mother Superior: "Beg Borrow Steal” o "Jadded Little Princess". Muy bien.




Y ya que hablamos de clase, el mismo adjetivo podríamos ponerles a Dan Baird & Homemade Sin, toda una constelación de musicazos, empezando por el propio Dan, el excelente batería Mauro Magellan (que ya estuvo con Baird en los Georgia Satellites) o Warner F. Hodges (ex-Jason & The Scorchers), un tío que es carisma en estado puro. Como en el caso de Wilson, que esta gente no sean más conocidos es pecado mortal e injusticia cósmica, pero así son las cosas, por desgracia. Su concierto fue puro homenaje al Rock'n Roll, con temas de su disco homónimo como "Damn Thing To Be Done" o "Crooked Smile"; el imprescindible "Keep Your Hand To Yourself" de los Satellites, la buenísima "I Love You Period" o intercalando fragmentos de Lou Reed ("Sweet Jane"), Creedence ("Proud Mary") y Ramones en "Two For Tuesday", para finalizar con "Keep On Rockin In The Free World". Brutal. A pesar de no tener un gran sonido (cosa extraña en un festival en el que todo el mundo sonó bien), el suyo fue un bolo para sacarlos a hombros. Uno de los grandes triunfadores.



Está visto que en este festival algunos grupos se confabularon para cerrarme la boca, pues otra de las bandas con las que no lo tenía muy claro eran Warrior Soul que, claro está, se salieron. Seguramente el suyo fue el concierto más intenso del festival, pura contundencia, con un Kory Clarke en estado de gracia. Kory es un frontman a la antigua, de los que ya no quedan: arrogante, más chulo que un ocho, con total dominio del escenario y con un registro vocal más cazallero que nunca: hacía padecer oirle cantar.




Empezaron su set con "Drugs, God & The New Republic", sonando duros y solventes (algunos miembros de la banda son músicos reclutados aquí). De aquí hasta el final no hubo respiro alguno: "Fuck The Pigs", "We Are The Government", "Junky Stripper", "Rotten Soul" o "Love Destruction", celebrada por todo el público puños en alto. Tremendos.



Y llegaba, para mí, el momento más esperado del festival, la actuación de Y&T. "Earthshaker", "Black Tiger" y "Mean Streak" fueron parte importantísima de la banda sonora de mi (ya lejana) adolescencia y poder verlos por primera vez (maestro, una sección de cuerdas aquí, por favor) era algo muy especial para mí. Y si algo me quedó claro desde el principio es que Dave Meniketti fue, es y será un puto monstruo por el que no pasan los años. Inicio arrollador con "Black Tiger", "Hard Times" y "Dirty Girl" y Meniketti cantando como si no hubiera un mañana, con la misma voz que hace 30 años.



Momentos de piel de gallina a porrillo: "Midnight in Tokyo" (con una intro estremecedora), la instrumental "I'll Cry For You", el homenaje al fallecido Phil Kennemore en "Squeeze". Tocaron temas de casi todos sus discos, incluído el último, "Facemelter": "Mean Streak", "Rock'n Roll Is Gonna Save The World", "Rythm or Not", "Hurricane" o "Winds Of Change". Se les veía a gusto y, además, eufóricos porque era el último concierto de la gira, como dijo Meniketti al presentar "Coming Home": Nunca el título de una canción había tenido tanto sentido.




Y el tramo final fue de traca: "I Believe in You" y "Forever" para acabar y "Contagious" y "Rescue Me" en los bises, combinando fuerza y melodía como sólo unos pocos son capaces de hacer. Fue el final de un bolo de casi dos horas y media (lástima que no tocaran "Open Fire" y "Lonely Side Of Town") y apoteósico. Putos amos y un sueño cumplido.

En definitiva, un festival fantástico de un nivel artístico muy alto (no hubo, en mi opinión, ningún concierto flojo), un ambiente casi familiar, una sala espléndida (amplia y de buena visibilidad), sonido prácticamente perfecto, una organización que funcionó como un reloj, todo el staff del festival siempre con la sonrisa en la boca y precios de bebida y comida más que razonables. Probablemente sea lo más cercano al paraíso que podamos encontrar en estos tiempos mierdosos que nos han tocado.

Y por si todo esto fuera poco, hay que hablar del patio, el ya mítico PATIO (así, en mayúsculas): un lugar en el que socializar y saludar a viejos conocidos o hacer nuevas amistades; ser testigo de las idas y venidas de un ubícuo Pontus Snibb (aparecía en los lugares más insospechados de la ciudad); ver a Blayne Cartwright echándole los tejos a cualquier falda que se le pusiera a tiro; contemplar a los Kentucky Bridgeburners arrancarse por bulerías (bueno, intentándolo) o al agradable Jim Wilson repartir sonrisas y firmar discos. 

¿Qué más se puede pedir? Pues, ya por quejarme de vicio, un horario algo menos frenético y un banco en el patio para que veteranos de cuerpo cansado como un servidor puedan reposar un poco. Con lo que yo he sido y cómo me he de ver, aquí pidiendo sillas como los ancianos en las fiestas del pueblo.

Una última cosa: ¿Para cuándo la próxima edición?

sábado, 10 de noviembre de 2012

The Gaslight Anthem. Sala Apolo, 08/11/2012

(Fotografía: rockthecam.de) 


Había expectación por ver a The Gaslight Anthem. Después de su exitoso bolo de hace un año y de la buena acogida de su (excelente) último disco "Handwritten", existía la sensación de que pueden convertirse en "The Next Big Thing" y dar el salto definitivo al Mainstream.

Con la Sala Apolo prácticamente llena, iniciaron el concierto con "Mae", empalmando cinco temas prácticamente seguidos, entre ellos la buenísima "59' Sound", "Handwritten" y "45", dos de los pelotazos de su último trabajo, y una "Here Comes My Man" coreada con entusiasmo por el público. El concierto prometía: una banda muy conjuntada, fuerza y sonido limpio pero contundente.

Pero a partir de aquí hubieron bastantes altibajos, después de un comienzo arrollador parecía que no remataban la faena. Quizá debido a los largos discursos de Brian Fallon (cercano y gracioso pero pesadito a veces), al cansancio de una larga gira o quizá porque muchas de sus canciones tienen un patrón similar. Lo cierto es que daban la sensación de discontinuidad, combinando momentos brillantes ("Howl", "Blue Dahlia", "The Backseat"...) con otros de cierta monotonía.

Por suerte levantaron el vuelo con un rush final francamente brillante: "She Loves You", la excelente "Too Much Blood", "American Slang" y cerrando con "Great Expectations".

TGA son buenos, muy buenos en directo: clavan los temas, algunos de ellos ciertamente épicos (esos crescendos empujados por el bajo, que a veces pueden recordar a The Cure). Tienen un puñado de temas coreables y resultones ("catchy" que dirían los anglosajones) y además tocan bien y suenan muy compactos.

Aún así es alarmante su falta de carisma escénico, exceptuando a Brian Fallon. No estaría de más también que incluyeran canciones como "The Diamond Church Street Choir" (uno de mis temas preferidos) para variar un poco su registro. Puestos a pedir, podrían estructurar mejor su setlist (que fue su problema anoche) para evitar esos momentos "valle" que pueden joder cualquier bolo. No es cuestión de que hagan treinta canciones en cuarenta y cinco minutos, como los Ramones, pero tampoco es necesario tocar tres de sus mejores temas durante el primer cuarto de hora

En resumen, un concierto de notable, de una gran banda que está en pleno crecimiento pero a la que (¿por suerte?) le falta todavía ese "algo" para convertirse en un grupo mayoritario. Y si no lo consiguen, lo sentiré por ellos pero no voy a quejarme: me gustan los conciertos en recintos pequeños.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Sunset Strip, la avenida del pecado


Hemos visto caminar por aquí a los dioses del Rock. Esto es algo que difícilmente volverá a suceder.
 
Los 2,5 KM que unen Sunset Boulevard con Beverly Hills son probablemente los más famosos del mundo. De entre las paredes de sus locales han surgido actores, humoristas y músicos que han acabado convirtiéndose en celebridades. "Sunset Strip", el documental que se ha proyectado estos días en el Festival In-Edit, hace un repaso de su historia, desde su creación a principios del siglo XX, hasta el día de hoy.

Como no podía ser de otra forma, el elenco de famosos que aparece es apabullante: actores como Sharon Stone, Johny Deep, Mickey Rourke, Peter Fonda o Keanu Reeves; gente de la farándula como Paris Hilton, Pamela des Barres, Kim Fowley (que parece salido de una fiesta de Halloween), el tatuador Mark Mahoney o el promotor Rodney Bingenheimer (que luce un peinado indescriptible); humoristas como Richard Pryor o David Letterman y músicos como Courtney Love, Slash, Alice Cooper, Ozzy, Billy Corgan, Lemmy, Steve Jones, Robbie Krieger, Billy Zoom y Exene Cervenka (de la banda Punk X), Tommy Lee, Taime Downe, Slim Jim Phantom, los Ratt al completo o Steel Panther

El film va analizando las diferentes épocas del Sunset, empezando por la época de los 40 y 50 y el auge de los clubes nocturnos, en los cuales convivían mafiosos y estrellas de cine y del espectáculo como Sammy Davis Jr. Describe también el cambio generacional producido con el surgimiento del Rock en los 50 y 60, cuando jóvenes y adolescentes invaden Sunset, desplazando a los maduros con posibles y starlets que reinaban en la zona.

El período que abarca desde finales de los 60 hasta finales de los 80 es la epoca dorada de Sunset y los testimonios son bastante jugosos: anécdotas sobre The Doors, o Led Zeppelin (el terror de las groupies); el surgimiento de una nueva generación de humoristas (Robin Williams, Richard Pryor, John Belushi...) o el auge del Punk californiano y la explosión del Hair Metal contados por sus propios protagonistas y los dueños de los clubes que sirvieron de catalizadores, como el Whisky A Go Go, el Rainbow, o el Roxy.

En la década de los 90 empieza el declive de Sunset, coincidiendo con la aparición del Grunge, que era lo opuesto a la frivolidad y tendencia al exceso característicos de la zona. Sobre esta cuestión Slim Jim Phantom (batería de los Stray Cats) aporta una opinión interesante:

Todo se volvió muy deprimente y parecía que venir a Sunset Strip ya no era algo "Cool". Se cambiaron los pantalones elásticos por la franela pero, en el fondo, todos sabemos que era lo mismo.

Lo mejor, sin duda, las intervenciones de Steel Panther, que son lo más divertido de la película por su aspecto y peculiar senido del humor. Los aspectos más escabrosos (demasiado para reproducirlos aquí) corren de parte de Steve Jones y Tommy Lee, en la linea de "Los trapos sucios".

En definitiva, el documental es interesante y m
uy recomendable para mitómanos, por las personalidades que intervienen, aunque tiene un formato poco innovador (demasiado ortodoxo) y peca también de excesivamente ambicioso, por lo que final acaba resultando un tanto superficial y poco novedoso.
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