domingo, 20 de mayo de 2012

Todos te quieren cuando estás muerto: los famosos también lloran


Neil Strauss es uno de los periodistas estrella en USA, status que se ha ganado siendo el colaborador habitual de publicaciones como Rolling Stone, Squire o The New York Times, periódico para el que escribe artículos sobre cultura Pop. Es conocido también por haber escrito el libro "El método", una manual práctico para ligar y, sobre todo, por ser el autor de "Los Trapos sucios", las memorias de Mötley Crüe, que se han convertido en una obra maestra del Rock'n Roll Way of Life y que también comentamos aquí en su momento.

"Todos te quieren cuando estás muerto" es una recopilación de sus, supongo, mejores entrevistas. No sé si Strauss ha estudiado psicología, posiblemente pues es capaz, con unas pocas preguntas, de poner de relieve los aspectos más relevantes de cada personaje.

Es, además, un hábil narrador: Consciente de que transcribir las entrevistas completas podría resultar monótono, sobre todo si el personaje no nos interesa especialmente, las ha fragmentado y agrupado en diferentes bloques, más o menos temáticos. De esta manera podemos ver determinados elementos en común de cada personaje, aunque en algún caso la cosa está un poco cogida por los pelos.

Es también suficientemente inteligente como para bautizar cada bloque con títulos de lo más sugerente: "Gamberros de Pelo Largo", "A veces solo quieres estar con una chica que se sentaría sobre una botella" o "El cliché del Rock'n Roll se puede ir a tomar por culo".

Lo cierto es que esta estructura funciona perfectamente, como ya lo hacía en "Los trapos sucios", donde presentaba una misma situación vista desde diferentes perspectivas.

Los personajes que aparecen en el libro no tienen desperdicio y la mayoría de las entrevistas tienen su interés: un espiritual Johnny Cash, los surrealistas episodios vividos con Snoop Dogg, el tenso encuentro con Tom Cruise, el divismo de Prince, Robert Plant y Jimmy Page de vuelta de todo, los incidentes alcohólicos con Julian Casablancas (The Strokes), la inseguridad, rozando lo infantil, de Dave Pirner (Soul Asylum), la inteligencia de Marilyn Manson, la simplicidad de Britney Spears, el precario estado mental de Brian Wilson o las paranoias de Trent Reznor.

Aunque por encima de todas me quedo con las de Chuck Berry, normalmente muy reacio a las entrevistas, que confirma su fama de libidinoso y la de Bo Diddley, todo un personaje.

Otro aspecto atractivo del libro son los dibujos que acompañan cada entrevista (obra del ilustrador Siân Superman), en forma de irónico anuncio publicitario como los que aparecían antiguamente en los periódicos.

Es un libro muy interesante aunque he encontrado a faltar la fecha en que se realizó cada entrevista, cosa que hubiera servido para contextualizar mejor cada encuentro. Aspecto menor, en todo caso, y que no empaña la experiencia de lectura de una obra que pone de manifiesto que en el mundo del famoseo no es oro todo lo que reluce.

lunes, 7 de mayo de 2012

Barcelona Punk


Este pasado fin de semana se ha celebrado en el CCCB de Barcelona el Festival Primera Persona. Una de sus sesiones, titulada "Hartos de todo: Que pagui Pujol!" estuvo dedicada al movimiento Punk en la Barcelona preolímpìca, aprovechando la reciente publicación de dos libros sobre el tema: "Harto de todo. Historia oral del Punk en la ciudad de Barcelona (1979-1987)" y "Que pagui Pujol! Una crònica Punk de la Barcelona dels 80".

La verdad es que la historia del Punk en Barcelona es muy poco conocida, no hay prácticamente documentación y el único material disponible, a partir del cual se han elaborado los dos libros, son testimonios verbales y la experiencia de los propios autores.

En un diálogo conducido por Kiko Amat y previa proyección de fragmentos de actuaciones de grupos como FrenopaticssKangrena o Shit SA para contextualizar la charla, Jordi Vall, protopunk barcelonés y testigo directo de la explosión Punk en Londres y los autores de los libros, Joni D y Jordi Llançamà (que también es responsable del sello BCore), hablaron de sus vivencias durante la época

El surgimiento del Punk en Barcelona significó crear una subcultura partiendo desde la nada más absoluta pues, a diferencia del caso del Reino Unido, no existían precedentes de movimientos anteriores. Joni D habló de una movida encabezada por gente "sola y desposeída", sin medios, jóvenes de entre 14 y 19 años a quienes el servicio militar acabó apartando del Punk, como puerta de entrada a la vida "adulta". Jordi Llançamà se refirió a "Locuras de juventud" de GRB, como uno de sus temas emblemáticos, cuya letra aborda precisamente esta cuestión.

Fue también una subcultura bastante violenta y, sobre todo, antiautoritaria, como comentaba Joni D. al hablar de su tema favorito, "Odio obedecer" de l'Odi Social, posiblemente uno de los grupos más conocidos de la época.




También se habló de aquellos conciertos que marcaron un antes y un después en la vida de los protagonistas. En este sentido Jordi Vall fue testigo de un concierto histórico, como fue el de Sex Pistols, The Clash y Buzzcocks en The Screen On The Green antes de que tuvieran siquiera un contrato discográfico.





Por su parte, Jordi Llançamà se refirió al concierto en Studio 54 de Decibelios, otra de las bandas conocidas, como uno de los más impactantes al que asistió.

Joni D, finalmente, recordó especialmente el mítico concierto de MDC en Zeleste, que significó la introducción del Hardcore en la escena musical del país.

   

La banda Surfin' Sirles, de quién ya hemos hablado aquí anteriormente, clausuró la jornada con un fantástico concierto en el que interpretaron  versiones de algunos temas legendarios, como "Las Malvinas son pingüinas", de Código Neurótico o una brutal "El fin del mundo", de Desechables, la banda maldita por antonomasia, y temas propios como "Watusi 65", que dedicaron al  fallecido Francisco Casavella o "On no hi ha sang".

Interesante la iniciativa del CCCB, que esperamos tenga continuidad en futuras ediciones.



viernes, 4 de mayo de 2012

Michael Schenker. Sala Apolo, Barcelona. 02/05/12


Michael Schenker, quizá consciente de que sus discos en estudio ya no tienen el brillo de otros tiempos, ha reclutado para la causa a sus antiguos compañeros Herman Rarebell y Francis Bucholz, la legendaria base rítmica de Scorpions. Con ellos y con Wayne Findlay a la guitarra rítmica y teclados y Doogie White como frontman, se ha embarcado en la gira "Temple of Rock", el título de su último disco. Pero, a pesar de su nombre, esta gira es una especie de homenaje al Hard clásico, con un setlist basado casi por entero en temas de UFO, Scorpions y MSG.

Cada vez que voy a un concierto de músicos "veteranos" me asalta la duda sobre si será un concierto digno o, por el contrario, se arrastrarán por el escenario como el que ficha en la oficina. En este caso la duda era especialmente jodida, iba a ver a tres músicos con la música de los cuales pasé buena parte de mi juventud. Los viajes al pasado (idealizado?) son peligrosos, es como mirar fotos antiguas: corres el riesgo de no reconocerte o de pensar que la imagen distorsionada que ves en el espejo por las mañanas no eres tú.

Dudas absurdas. Empezar con "Into the Arena", "Armed and Ready", "Loverdrive" y "Another Piece of Meat" es hacerlo con muy buen pie. Si además el sonido es magnífico, la base rítmica es imponente (fantásticos Bucholz y Rarebell durante todo el concierto), Schenker está fino, fino y el público (tres cuartos de entrada en Apolo) está entregado, nada puede salir mal.

Porque el inicio fue bueno, pero lo que vino a continuación fue mucho mejor: "Cry For The Nations", "Let Sleeping Dogs Lie" (brutal el solo de Schenker), la instrumental "Coast to Coast" y una rompedora "Assault Attack"; ocho clásicos de una tacada
.

Con el pistón ya un poco más bajo, atacaron "Before the Devil Knows You're Dead" el único tema (y el mejor) de su último trabajo; "Lights Out" y la mítica "On and On", con otro gran solo. 

Y a partir de aquí el acabose: "Let it Roll"; una espléndida "Shoot, Shoot" con las guitarras de Findlay y Schenker a tope y, otra vez, un solo buenísimo; "Rock You Like a Hurricane" con Rarebell animando al personal a base de bombo y con toda la sala coreando el tema y, finalmente, un "Rock Bottom" arrollador. 


Retirada a los camerinos y retorno para un único bis con tres temas, la balada "Holiday"; un "Blackout" que sonó de miedo y la despedida con un clásico que nunca puede faltar en un concierto de Schenker:  "Doctor, Doctor". 


Grandioso concierto, con un grupo de músicos especialmente motivados: Francis Bucholz se pasó el concierto con la sonrisa de oreja a oreja; Herman Rarebell (que no es un virtuoso) tocando como nunca; Schenker, tradicionalmente huraño y huidizo, saludando sonriente a prácticamente toda la primera fila; Doogie White animando el cotarro estilo vieja escuela, un poco hortera quizás, pero entrañable y Findlay siempre pendiente de apoyar al "jefe".

Quizá alguien piense que están viviendo de rentas. No lo sé y no es que me importe demasiado, la verdad. Si fuera así tienen todo el derecho, se lo han ganado, son historia viva. 
Lo que sí tengo claro es que defienden su (magnífico) legado con una profesionalidad, calidad y vergüenza torera que ya quisieran algunos. Y mientras sea así, oigan, que hagan lo que les plazca.

Aplausos y todo mi respeto.
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