Catorce ediciones ya del In-Edit Beefeater, mucho mérito para un festival de estas caracteristicas. Este año homenaje a los 40 años de Punk y documentales atractivos y de todo pelaje, como siempre.
Supersonic
No me importan los aspectos musicales, eso se lo dejo al grupo, yo me limito a salir ahí fuera, coger el micro y molar un montón.
El que quizá era, junto con "Gimme Danger", uno de los documentales más esperados del festival, con pases prácticamente a diario y varios sold-out, no decepcionó. Centrado en la etapa de esplendor de la banda (1991-96), "Supersonic" es, a pesar de su duración (dos horas), una película muy entretenida y dinámica, mérito de un montaje excelente, a la par que bien hilvanada y tremendamente divertida.
Si el motor creativo de la banda era la rivalidad entre los dos hermanos, el catalizador de la trama se fundamenta también en los testimonios de Noel y Liam, aunque siempre en off, pues no llegaron a coincidir en ningún momento. A través de ingeniosas, y a menudo hirientes, réplicas y contraréplicas, como si se tratara de una comedia de Billy Wilder, se va dando forma a la historia de la banda desde sus inicios y el inesperado fichaje, pura chiripa, por Creation Records hasta su cenit como formación, en el gigantesco Festival de Knebworth
Si alguien pensaba que los Gallagher son unos gilipollas de hiperbólica autoestima, desde luego el film no predispone demasiado a cambiar de opinión, aunque sí es verdad que los testimoniales, principalmente de su madre y de su hermano mayor, humanizan su figura e incluso en algunos momentos se puede llegar a empatizar con ellos.
Algunas reseñas hablan de documental "indulgente", no lo veo así: en ningún momento se obvian los trapos sucios (drogas, follones con la prensa, peleas...), aunque el documental tampoco sea especialmente amarillista. Como decía antes, no pretende ofrecer una imagen amable del grupo, es más, los hermanitos son plenamente conscientes de ser unos capullos y sorprende la naturalidad con la que abordan su relación de odio/odio, se lanzan sangrantes pullas diferidas y narran sus incruentas peleas como si fuera lo más normal del mundo.
Notable documental, imprescindible para fans del grupo.
Sin Permiso
La ordenanza de civismo, la ley de seguridad ciudadana... Todo este tipo de leyes están pensadas para que la gente se resigne, para que esté callada en su casa.
Película de indudable interés sociológico, más que musical, que a partir de la sistemática persecución que sufren los músicos callejeros en Barcelona aborda un tema candente, como es la gerintrificación de la ciudad y su progresiva transformación en una especie de parque temático para turistas.
Ciertamente el documental pone el dedo en la llaga, hace reflexionar y plantea preguntas incómodas acerca de los derechos cívicos, la "propiedad" del espacio público y el papel que juegan en todo esto las administraciones, que parecen más preocupadas en promocionar la "marca Barcelona" que en el bienestar de sus ciudadanos.
A pesar de los escasos medios, es un film prácticamente de "guerrilla" y de su largo proceso de gestación, empezó a rodarse hace más de tres años, es una producción francamente interesante y de contundente mensaje.
Keith Richards Origin of The Species
Era un fanático de los aviones y me encantaban las maquetas de Airfix: el Avro Lancaster, el Spitfire... A pesar de que ponía todo mi empeño, nunca conseguía que me quedaran bien. Pero me gustaba la cola.
Para Julien Temple Barcelona es ya como su segunda casa, ni recuerdo las veces que ha estado en el Festival: en 2009 con "Oil City Confidential", en 2012 en el ciclo homenaje a su carrera, el año pasado presentando "The Ecstasy of Wilko Johnson" y ejerciendo de DJ...
En 2016 ha vuelto de nuevo, esta vez con "Keith Richards: Origin of the Species" debajo del brazo, una película que forma parte del ciclo "My Generation", producida por la BBC.
Básicamente Temple nos cuenta la vida de postguerra en Gran Bretaña a través de los ojos de Kiz, desde su nacimiento en 1943 hasta 1962, justo antes de los Rolling Stones y de la eclosión de la British Invasion. El documental es muy "Templeliano", lleno de esas referencias culturales a las que nos tiene acostumbrados y con los interludios con canciones, fotografías e imágenes de películas y programas de TV antiguos que son tan de su gusto.
Un film quizá menor y un poco decepcionante a nivel musical, aunque en la presentación el propio Temple comentaba que quería hablar de la persona y no del personaje, pero de interés histórico y con el gran valor añadido de ver al siempre canalla y socarrón Keith Richards contándonos su vida en primer plano.
A Song for You: The Austin City Limits Story
Ya puedo decir que lo he hecho todo en el mundo del Rock'n Roll: ¡Me han invitado a tocar en Austin City Limits!
El documental que sirve de homenaje a "Austin City Limits", el más longevo, y probablemente el mejor, programa musical de la televisión pública norteamericana, es una apasionada declaración de amor por la música.
Cuando se cumplen cuarenta años desde su primera edición, "A Song for You" repasa la historia del programa de la mano del equipo encargado de la producción (director, técnico, productores) y de la nómina de artistas, que es de las que hacen temblar las piernas, que han pasado por su escenario: Willie Nelson, Beck, Radiohead, Pixies, Stevie Ray Vaughan, Pearl Jam, Lyle Lovett, Wilco, Avett Brothers, Emmylou Harris, Alabama Shakes... Su formato, además, supone un reto para los músicos: en riguroso directo únicamente un escenario, público y cámaras, sin overdubs, sin playbacks, sin entrevistas, tan solo música pura, desnuda y a pecho descubierto.
La película hace especial hincapié en los hitos que han ido marcando la trayectoria del programa, como la actuación de Ray Charles, que les supuso un gran salto de calidad y credibilidad, el traslado a un estudio más moderno o su cambio de rumbo desde la música de Texas y el country tradicional de Nashville que emitían al principio, hasta su salto hacia tendencias más "Indie" que les han permitido mantener el interés de la audiencia.
De visionado obligatorio para cualquier amante de la música, independientemente de sus gustos.
Gimme Danger
Un día me senté en la orilla del río y me lié un porro. Me di cuenta de que no era negro y en ese momento tuve claro que quería hacer para las nuevas generaciones de jóvenes blancos lo mismo que estaban haciendo los músicos negros para las suyas.
El anuncio de que Jim Jarmusch estaba rodando un documental sobre los Stooges generó mucha expectación. Y no era para menos: que un director iconoclasta y de culto, que ya había firmado años atras un trabajo excelente ("Year of the Horse") con Neil Young & Crazy Horse, y un grupo legendario y pionero unieran fuerzas, era casi una garantía de algo grande.
Pues al final ni chicha ni limoná. Cierto es que la película está muy bien hecha, que gustará a fans acérrimos, como un servidor, y que aquellos que no los conozcan saldrán del cine con una idea bastante clara de quienes fueron los Stooges y porqué son tan importantes.
Pero en mi opinión el documental tiene tres defectos.
El primero, bastante menor si se quiere, es el no contar prácticamente nada nuevo, aunque era difícil tratándose de una banda sobre la que se ha dicho y escrito mucho y de la que existe muy poco material de archivo.
El segundo es que de alguien como Jarmusch esperaba algo más rompedor formalmente y, en cambio, ha entregado una obra muy pulcra y académica, muy de cánon y poco "autoral".
Y el tercero es que es autocomplaciente y amable en exceso. No me gustan las aproximaciones sensacionalistas ni que se hurgue en los aspectos más escabrosos de los artistas porque sí, pero la actitud nihilista y Punk avant la lettre de los Stooges en plena época hippy, y la dificultad que entrañaba manejarles, forma parte intrínseca de su identidad. Eso es buena parte de lo que los hace especialmente atractivos y creo que queda bastante diluido, hasta tal punto que nos encontramos a un Iggy Pop que parece la madre Teresa de Calcuta, hablando casi de una conspiración global que les hizo fracasar.
Documental correcto en el que Jarmusch lleva a cabo una aproximación muy desde la óptica del fan, que tampoco me parece mal, pero que me ha dejado con la sensación de promesa incumplida. El eterno problema de las expectativas.
Lo que hicimos fue secreto
En aquella época no había un duro. Y como no había un duro se hacía todo de una manera muy desinteresada. Éramos muy brutos pero también muy inocentes, lo que hacíamos era muy puro.
La película de David Álvarez ganó el premio al mejor documental nacional con una película de "tesis", que tiene algún punto en común con "Sin Permiso". El director nos cuenta su visión del nacimiento del Punk en Madrid, desde su tímida génesis en el seno de la Movida, hasta su mayoría de edad, con una escena Punk-Hardcore, aunque minoritaria, muy bien organizada y profundamente vinculada a diferentes movimientos sociales.
El film tiene una factura excelente, con testimonios que dan mucho juego, especialmente Nacho Canut en plan diva viperina, la siempre estimulante Ana Curra o Ramoncín recordando su época como rey del pollo frito. Ofrece también muchos focos de atractivo más allá de lo estrictamente musical: excelente material de archivo; apuntes sociológicos y políticos que ayudan a entender cómos y porqués de algunos aspectos de la transición (paradójico ver a Felipe González con chaqueta de pana); el Rastro como aglutinador y catalizador cultural o el hecho de poder recuperar la figura del añorado Tierno Galván.
Aunque si hubiera que definir el documental con una frase corta yo hablaría de elogio del "hazlo tú mismo" (DIY), uno de los principios fundacionales del Punk, del espabilarse sin esperar a que otros lo hagan por tí y, sobre todo, de apología del compromiso, social y político, con aquello en lo que uno cree.
Excelente trabajo.
I Am Thor
Joder, he viajado miles de kilómetros para estar aquí. Pensaba que cuando me presentara los fans se abalanzarían sobre mí para pedirme autógrafos y todo lo que he conseguido es un: "Ah, vale"
La gran sorpresa del festival ha sido este film de Ryan Wise, que ha terminado llevandose el premio del público y que vendría a ser el reverso cómico de "Anvil", con la que tiene evidentes paralelismos aparte de la nacionalidad de sus protagonistas. Si aquella llegaba al corazón del espectador a través de la emoción, "I Am Thor" lo hace mediante el humor, la exaltación del bizarrismo y el sentido de lo absurdo.
Más "Spinal Tap" que la propia "Spinal Tap", la película narra la carrera artística de Jon Mikl Thor desde los años 70 hasta la actualidad. Culturista, stripper en Hawai y aspirante a estrella del Glam Metal, su trayectoria está trufada, a modo de palos en las ruedas, de incidentes surrealistas, situaciones inverosímiles y pura mala suerte. Pero Thor, inasequible al desaliento, no ceja en su intento de conseguir la tan esquiva fama y al final encontrará su Nirvana particular en Escandinavia, qué mejor lugar tratándose del hijo de Odin.
Wise trata a su criatura con mucho cariño que, aunque a menudo no parece ser muy consciente de la realidad, jamás pierde ni el sentido del humor ni el espíritu de lucha. El film está plagado de momentos antológicos: su aparición en la Comic Con de San Francisco, el gag recurrente del cinturón de calaveras, el descacharrante episodio de las puertas automáticas en el aeropuerto o la llegada al festival en Finlandia. Mención especial al batería Mike Favatta, un entertainer nato que, si le faltara trabajo como músico, podría ejercer de humorista perfectamente.
Seria candidata a mejor comedia del año.