viernes, 4 de mayo de 2012

Michael Schenker. Sala Apolo, Barcelona. 02/05/12


Michael Schenker, quizá consciente de que sus discos en estudio ya no tienen el brillo de otros tiempos, ha reclutado para la causa a sus antiguos compañeros Herman Rarebell y Francis Bucholz, la legendaria base rítmica de Scorpions. Con ellos y con Wayne Findlay a la guitarra rítmica y teclados y Doogie White como frontman, se ha embarcado en la gira "Temple of Rock", el título de su último disco. Pero, a pesar de su nombre, esta gira es una especie de homenaje al Hard clásico, con un setlist basado casi por entero en temas de UFO, Scorpions y MSG.

Cada vez que voy a un concierto de músicos "veteranos" me asalta la duda sobre si será un concierto digno o, por el contrario, se arrastrarán por el escenario como el que ficha en la oficina. En este caso la duda era especialmente jodida, iba a ver a tres músicos con la música de los cuales pasé buena parte de mi juventud. Los viajes al pasado (idealizado?) son peligrosos, es como mirar fotos antiguas: corres el riesgo de no reconocerte o de pensar que la imagen distorsionada que ves en el espejo por las mañanas no eres tú.

Dudas absurdas. Empezar con "Into the Arena", "Armed and Ready", "Loverdrive" y "Another Piece of Meat" es hacerlo con muy buen pie. Si además el sonido es magnífico, la base rítmica es imponente (fantásticos Bucholz y Rarebell durante todo el concierto), Schenker está fino, fino y el público (tres cuartos de entrada en Apolo) está entregado, nada puede salir mal.

Porque el inicio fue bueno, pero lo que vino a continuación fue mucho mejor: "Cry For The Nations", "Let Sleeping Dogs Lie" (brutal el solo de Schenker), la instrumental "Coast to Coast" y una rompedora "Assault Attack"; ocho clásicos de una tacada
.

Con el pistón ya un poco más bajo, atacaron "Before the Devil Knows You're Dead" el único tema (y el mejor) de su último trabajo; "Lights Out" y la mítica "On and On", con otro gran solo. 

Y a partir de aquí el acabose: "Let it Roll"; una espléndida "Shoot, Shoot" con las guitarras de Findlay y Schenker a tope y, otra vez, un solo buenísimo; "Rock You Like a Hurricane" con Rarebell animando al personal a base de bombo y con toda la sala coreando el tema y, finalmente, un "Rock Bottom" arrollador. 


Retirada a los camerinos y retorno para un único bis con tres temas, la balada "Holiday"; un "Blackout" que sonó de miedo y la despedida con un clásico que nunca puede faltar en un concierto de Schenker:  "Doctor, Doctor". 


Grandioso concierto, con un grupo de músicos especialmente motivados: Francis Bucholz se pasó el concierto con la sonrisa de oreja a oreja; Herman Rarebell (que no es un virtuoso) tocando como nunca; Schenker, tradicionalmente huraño y huidizo, saludando sonriente a prácticamente toda la primera fila; Doogie White animando el cotarro estilo vieja escuela, un poco hortera quizás, pero entrañable y Findlay siempre pendiente de apoyar al "jefe".

Quizá alguien piense que están viviendo de rentas. No lo sé y no es que me importe demasiado, la verdad. Si fuera así tienen todo el derecho, se lo han ganado, son historia viva. 
Lo que sí tengo claro es que defienden su (magnífico) legado con una profesionalidad, calidad y vergüenza torera que ya quisieran algunos. Y mientras sea así, oigan, que hagan lo que les plazca.

Aplausos y todo mi respeto.

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