domingo, 22 de septiembre de 2013

Hellsingland Underground, Sala Rocksound - 20/09/2013


Ya lo he comentado alguna vez, los suecos empiezan a dar bastante rabia: guapos, ricos, civilizados y ahora, encima, marcando tendencia musical y sacando grupos buenísimos cada dos por tres, atreviéndose incluso con el Rock de raíces americano. Es el caso de Hellsingland Underground, banda originaria de Ljusdal, un pueblo de Hälsingland, región boscosa del centro de Suecia, aunque oyéndoles se diría que son mismamente de Alabama.

Sus tres discos publicados hasta ahora "Hellsingland Underground" (2008), "Madness & Grace" (2010) y "Evil Will Prevail" (2012) son una especie de compendio, hecho con exquisito gusto, de los últimos cuarenta años de rock americano: armonías vocales, guitarras dobladas, sonoridades country, ritmos sureños... los Allman Brothers están por ahí flotando en algunos de sus temas, aunque ellos mismos afirman que, siendo suecos, lo suyo es el Northern Rock.

Su larga gira española, presentando "Evil Will Prevail", los trajo el viernes a la Sala Rocksound donde dieron un concierto magnífico, confirmando las buenas vibraciones que desprenden sus discos. Empezaron con "Singing While The World Dies", uno de mis temas favoritos de su último trabajo y "The Spark Than Never Dies". Lo cierto es que suenan super engrasados y algo más hard que en disco, con un destacadísimo trabajo de sus dos guitarras, Matt Olson y Peter Henriksson: era impresionante ver como se enzarzaban en sus duelos de Twin Guitar en temas como "The Lost River Band" o "Midsummer's Wreath Meltdown".




Super comunicativos y francamente simpáticos, se metieron al público en el bolsillo en un plis plas, animando al personal, tocando entre el público o bailoteando y haciendo el indio en la mini Jam de "In The Evening", aprovechando que el teclista Henning Winninberg (gran trabajo el suyo) se arrancó con unos acordes latinos a mitad del tema. Bordaron canciones como "They All Grew Old While I Grew Yound" (con un solo de guitarras dobladas a lo Thin Lizzy que ponía la piel de gallina), "Evil Will Prevail", la springsteeneana "Church Bells Through The Valley", con la cálida voz de Charlie Granberg como contrapunto a las guitarras, o la rockanrolera "Stickin' with You".



Terminaron el concierto con la ya comentada "In the Evening",  "Northern Country Boy", coreada por toda la sala y, ya en el bis, "Child of Another Time", otro tema de su primer disco. Aunque empapados en sudor (el calor en la sala rozó lo infernal) y agotados, se les veía contentos cuando se despidieron en el escenario. Motivos tenían para estarlo: suenan muy bien, son músicos notables, componen buenos temas (así a bote pronto me salen como una docena) y se dejan la piel en el escenario.

Esperemos que vuelvan pronto y, si no es mucho pedir, con más público en la sala, una banda como esta bien lo vale.


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Hoggboy: lo que pudo haber sido y no fue



Hoggboy fueron una interesante banda británica de corta vida, apenas cuatro años (2001-2005). Surgidos a rebufo del revival rockero de principios de los 2000 junto a grupos como The Strokes, The White Stripes, Jet, The Vines, B.R.M.C o Yeah Yeah Yeahs, poco tenían que ver con sus contemporáneos ingleses (exceptuando quizá los Libertines). Con un sonido más cercano al rock básico de toda la vida que al Britpop, tenían, en cambio, buena mano para melodías pegadizas y estribillos.

Formados en Sheffield, pronto llamaron la atención de Richard Hawley, músico y productor y paisano suyo, quien se encargó de la producción, junto con Chris Thomas (productor del "Never Mind the Bollocks" de los Sex Pistols), del primer trabajo de la banda: "Or 8?", editado en 2002.

Su disco de debut es notable: una producción muy limpia para temas cortos, directos, guitarreros y con un punto Glam como "Left & Right", "Urgh" o "So Young"; canciones irresistibles como "Gonna Take Me a While" o "Upside Down", un medio tiempo más pop, "Don't Get Lost", e incluso una instrumental, la garagera "Call Me Suck". A todo ello hay que añadir la personalidad de Tom Hogg, típico cantante de escuela británica, muy melódico, y excelente frontman.





Los singles de "Or8?" tuvieron cierta repercusión en los medios británicos (a pesar del tradicional menosprecio hacia las bandas de rock más clásico), siempre a la búsqueda y captura del nuevo hype patrio. Lo cierto es que la banda trabajó duramente en el período 2002-2003 para darse a conocer: girando por todo el mundo como teloneros de The Strokes, The Donnas y The White Stripes o actuando en festivales como Reading/Leeds o en el London Calling. Su hiperactividad les trajo también aquí, donde actuaron en el FIB y en los festivales SantiRock y Wintercase, recibiendo buenas críticas por su solvencia en directo.

Entre gira y gira aprovecharon para componer los temas de su segundo disco "Seven Miles of Love", publicado en 2004. Tan bueno e inmediato como el primero, algo más duro y contundente, quizás, pero igualmente infestado de melodías y estribillos para recordar: la inicial "400 boys", "Get There", "Shoot Me", con el deje "arrastrao" de Hogg que la convierte en un excelente tema, o las más poperas "Hello" (en la que parecen unos B-52 pasados de vueltas) o "Come Home".





Su final fue el mismo que el de tantos otros: disensiones internas, cansancio acumulado tras interminables giras y frustración por la poca repercusión obtenida y ver que la cresta de la ola les había pasado por encima: en el mundo de la música, especialmente en el Reino Unido, a veces vale más caer en gracia que ser gracioso. Una lástima porque lo cierto es que eran una banda con mucho potencial y sus dos únicos discos son francamente buenos: bastantes años después siguen sonando frescos y vigentes. 


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