martes, 31 de diciembre de 2013

Lo mejor de 2013: el Top 50 de Classic Rock
























Seguimos con los posts dedicados a lo mejor del año. Hoy le toca el turno a Classic Rock Magazine, una de las revistas de referencia del Hard y el Rock clásico. El top 25 no presenta muchas sorpresas, teniendo en cuenta la línea habitual de la revista.


1. Black Sabbath - "13"
2. Clutch - "Earth Rocker"
3. David Bowie - "The Next Day"
4. The Temperance Movement - Idem
5. Steven Wilson - "The Raven that Refused to Sing"
6. Pearl Jam - "Lightning Bolt"
7. Mötörhead - "Aftershock"
8. Alter Bridge - "Fortress"
9. Gary Clark Jr. - "Black N'Blu"
10. Queens of the Stone Age "... Like Clockwork"
11. Black Star Riders - "All Hell Breaks Loose"
12. The Virginmarys - "King of Conflict"
13. Deep Purple - "Now What?"
14. The Strypes - "Snapshot"
15. Scorpion Child - Idem
16. Von Hertzen Brothers - Nive Lives
17. Roy Harper - "Man and Myth"
18. Alice in Chains - "The Devil Put Dinosaurs Here"
19. Monster Truck - "Furiosity"
20. Dream Theater - "Dream Theater"
21. Shooter Jennings - "The Other Life"
22. Deaf Havana - "Old Souls"
23. Saxon - "Sacrifice"
24. Hey Hello - Idem
25. Monster Magnet - "Last Patrol"


Las posiciones se reparten entre veteranos prestigiosos, preferentemente del ámbito anglosajón (Sabbath, Bowie, Mötörhead, Purple, Pearl Jam, AIC, Roy Harper, Saxon, Black Star Riders...); artistas por los que CR siente una especial predilección (Steven Wilson, Gary Clark, Ginger, Alter Bridge...); bandas noveles anglosajonas, a las que la revista suele apoyar (Temperance Movement, Virginmarys, los sorprendentes The Strypes, Scorpion Child o los canadienses Monster Truck) y, finalmente, discos incontestables, en cuya calidad suele haber consenso entre todas las publicaciones dedicadas al Rock, en este caso el discazo de Clutch, la exitosa vuelta de tuerca de QOTSA o el retorno a lo grande de los Monster Magnet de Dave WyndorfTambién hay espacio para propuestas menos previsibles, como los rarunos Von Hertzen Brothers o los prácticamente desconocidos aquí Deaf Havana. 

Del puesto 26 al 50 hay algunos trabajos destacables, como el debut de los Free Fall, "Power and Volume", en el puesto 31; la opera prima del supergrupo (Sheehan, Portnoy & Kotzen) The Winery Dogs en el 37; los sorprendentes Purson con su "The Circle and the Blue Door" en el 42 o el interesante "Fain", de los Wolf People en el 43.

Llama la atención la ausencia de algunas bandas muy sólidas, que encajan perfectamente en la filosofía de la revista y que han editado este año discos destacables, como los Ghost con "Infestissumam"; los alemanes Zodiac con su soberbio segundo disco "A Hiding Place"; los suecos Casablanca, con "Riding a Black Swan", la excelente continuación de su debut "Apocalyptic Youth"; los noruegos Audrey Horne, una banda ya con bastante recorrido y que ha publicado este año un fresquísimo "Youngblood"; por no hablar del ninguneo a Michael Monroe y su notable "Horns & Halos".

Me temo que en su caso habrá pesado el hecho de ser grupos fuera del ámbito UK/USA y ya sabemos que la prensa musical británica suele mirarse mucho el ombligo. Deberían hacérselo mirar: desde hace varios años las propuestas más interesantes dentro del ámbito del Rock están surgiendo precisamente en el Norte de Europa 

Pues nada, este es el último post de 2013. Feliz año nuevo.



domingo, 15 de diciembre de 2013

Lo mejor de 2013 - Menciones especiales





Como ya se comentó en los posts dedicados a lo mejor del año, la 2013 ha sido una añada excelente, como lo demuestran estos cinco discos que, pese no a haber entrado en el top (sólo había sitio para diez), no ha sido por falta de calidad, ciertamente. Se trata de dos bandas debutantes, otras dos con una trayectoria más o menos consolidada y la última que acaba de publicar su último disco.


The Strypes - "Snapshot"















Un cuarteto irlandés insultantemente joven (rondan los dieciocho) que no desentonaría, ni musical ni estéticamente, en alguno de los recopilatorios garageros de la serie Nuggets. El disco es un auténtico pepinazo de Pub-Rock de alto voltaje, al estilo de unos Dr. Feelgood adolescentes, impropio de chicos tan jóvenes.Una opera prima realmente fresca y sorprendente, con nueve temas propios, algunos tan buenos como "Mistery Man", "Blue Collar Jane" o "Hometown Girls"  y tres versiones: dos clásicos del blues, "You can't Jugde a Book by the Cover" y "Rollin' and Tumblin", y un cover de aires ramonianos de "Heart of the City", de Nick Lowe. Sus recientes conciertos teloneando a Arctic Monkeys han dado cuenta también de su solvencia en directo. Ojo con estos que van a dar que hablar.





The Temperance Movement - "The Temperance Movement"
















Otros debutantes, ingleses en este caso, que al igual que los Strypes tiran de clasicismo pero con mucha frescura. Su estilo combina lo mejor del Rock clásico de las escuelas británica y norteamericana (The Band, Stones, Faces, Free, Bad Company, Black Crowes...) en el que destaca el vozarrón, lleno de feeling, de su frontman Phil Campbell. El disco no tiene desperdicio: temas rítmicos como "Midnight Black" y "Take it Back", medios tiempos y baladas emocionantes como "Pride" o "Smouldering", muy Rod Stewart etapa 70's. Banda a la que habrá que seguir la pista muy de cerca: carisma y mimbres tienen de sobras. 





Zodiac - "A Hiding Place"
















Ya sorprendieron con su debut, "A Bit of Devil" (2012), notable disco en una onda blues/grunge. En este segundo trabajo han dejado de lado las influencias grunge y se escoran mucho más hacia el Rock setentero, con algún corte cercano al southern (en "Downtown", por ejemplo) o al blues ("Underneath My Bed"). Temas francamente buenos, como "Free", "Believer" o "Leave Me Blind". Siguen demostrando su buen gusto para las versiones: Si en "A Bit of Devil" bordaban un cover de "Blue Jeans Blues" (ZZTop), en este versionan de manera excelente "Cortez The Killer" (Neil Young). El trabajo de Nick Van Delt es espectacular, tanto a la guitarra (buenos solos) como a la voz. Banda muy solvente en directo, como quedó patente en su gira teloneando a Spiritual Beggars, en nada les veremos encabezando sus propias giras.






JJGrey & Mofro - "This River"















Una banda veterana (llevan en activo desde 2001) pero relativamente desconocida por aquí. Su soberbio concierto en el ARF 13 dejó claro que son un muy buen grupo, como no podía ser menos perteneciendo al sello Alligator. "This river" es un disco excelente, lleno de fuerza y feeling y con un sonido muy orgánico, no en vano la grabación del disco fue de vieja escuela: todos juntos en el estudio y en directo. Funk-Soul de primera categoría y  temazos como "99 Shades Of Crazy", "Somebody Else" o "Write a Letter".





The Union - "The World is Yours"
















El tercer disco de la banda del vocalista Pete Shoulder (ex frontman de Winterville) y el guitarrista Luke Morley (ex Thunder) es su mejor trabajo hasta el momento, una fusión perfecta entre el Hard Rock clásico de escuela británica y los sonidos americana. Disco largo, con buenas canciones, algunas soberbias, como "Tangled Up in You", "This is a London song", "Sawtooth Mountain Ride/You're My Jesus" o "Tonight I'm Alive", que parece sacada de un disco de los Travelling Wilburys.





Lo mejor de 2013 (I)

Lo mejor de 2013 (II)


martes, 10 de diciembre de 2013

Lo mejor de 2013 (y II)



















Continuamos con el repaso a los 10 mejores discos del año iniciado en el post anterior.



Queens of the Stone Age - "Like Clockwork"

















Más de uno habrá arrugado el morro oyendo este disco: mientras otros grupos apuestan por un sonido setentero "puro", que los propios KYUSS contribuyeron a popularizar, QOTSA se han desviado del camino recto. En un esfuerzo por reinventarse han apostado por nuevas sonoridades (ya apuntadas en discos anteriores) pero con el mérito añadido de seguir sonando a ellos: Ritmos secos, cortantes y atmósferas "pesadas", como en "If I Had a Tail" o "The vampyre...". A pesar del descoloque inicial con la muy modernuqui "Keep Your Eyes Peeled", cuando uno se acostumbra resulta ser un disco con grandes canciones como "I Sat The Ocean", la enorme "My God Is The Sun",  "Smooth Sailing" y "Fairweather Friends". Bien por Joss Homme, magnífico durante todo el disco y bordando sus registros en falsete.





Clutch - "Earth Rocker"


















Parece que tras 20 años de carrera los Clutch van a trascender su estatus de banda de culto con este disco, una auténtica exhibición de ritmo y fuerza. La combinación de una voz con dejes hardcore con un elaborado trabajo de guitarra y una base rítmica musculosa (rozando el Funk) confieren a "Earth Rocker" un groove muy especial. Todo eso, más una producción excelente y CANCIONES: "Crucial Velocity", "DC Sound Attack" (fíjense en las líneas de bajo y en la batería, por favor),  la lenta y bluesy "Gone Cold" o "The Wolf Man Kindly Requests" acaba siendo una ecuación casi perfecta. No son los tíos con más glamour del mundo pero si este disco no es el mejor del año, poco le falta.





Michael Monroe - "Horns and Halos"

















Pese a su inquietante proceso de belenestebanización física, Michael Monroe es un seguro de vida discográfico, no tiene disco malo. Su anterior trabajo, "Sensory Overdrive", era magnífico y este resulta todavía mejor. Lo tiene todo: temas espídicos de espíritu punkarra: "TNT Diet", "Ballad of the Lower East Side"; medios tiempos vacilones: "Eighteen Angels" o "Hands Are Tied" (con resultones arreglos de metal) o canciones que recuerdan a los Hanoi Rocks más Pop: "Child of the Revolution", "Ritual". El típico disco que te arregla un día de mierda.






Riverside - "Shrine of New Generation Slaves"
















No suele gustarme el Prog, es por eso que ver en una misma frase los conceptos "Grupo polaco" y "Prog Metal" puede sumirme en una grave crisis de angustia existencial. Pues aquí valdría lo mismo que se ha apuntado en el caso de Monster Magnet: los prejuicios por el orto. Se trata de de un disco arriesgado, poco metálico, muy melódico y de un virtuosismo instrumental y vocal que asusta (aunque esto es algo que ya se da por supuesto en el género). Temas como el inicial y muy atmosférico "New Generation Slave", pasando por el purpleliano "Celebrity Touch", el  poppie "Feel Like Falling", hasta llegar a la canción final, "Escalator Shrine", un extenso tema en el que mezclan psicodelia y electrónica con toques blues y arreglos jazzísticos (espectacular solo de saxo incluído), conforman un caleidoscopio de sonidos y arreglos de lo más estimulante. Excelente disco, que recuerdo a los buenos momentos de Tool y Rush.







Purson - "The Circle and the Blue Door"




Otra banda de las que mira por el retrovisor, aunque en este caso dejan de lado los riffs pétreos y tiran hacía caminos menos trillados, cercanos al sonido Canterbury o a bandas como Pentangle con toques pop. "The Circle and the Blue Door" es un buenísimo disco de debut, con un sonido muy particular, que se fundamenta en los teclados y en la expresiva voz de su lider, Rosie Cunningham. Para ser una banda joven (rondan los veintipocos) su habilidad compositiva es pasmosa: la preciosa "Sailor Wife's Lament" (grandiosa interpretación de Mrs. Cunningham), la pegadiza "Leaning on a Bear" (de la que Jon Lord estaría orgulloso), "Spiderwood Farm", "Rocking Horse" (que no desentonaría como banda sonora de una película de la Hammer) o el tema que cierra el disco, la etérea "Tragic Catastrophe". Uno disco sorprendente de un grupo con una personalidad brutal.


Lo mejor de 2013 (I)



Lo mejor de 2013 (I)
















La primera entrega de mi particular visión del año 2013, una añada bastante buena, con nuevos discos de algunas vacas sagradas (Black Sabbath, Pearl Jam, QOTSA, Monster Magnet, Mötörhead, Alice in Chains), retornos inesperados (Bowie), buenos trabajos de bandas jóvenes ya consagradas o camino de ello (The Answer, Zodiac, Casablanca, Wolf People...) y algunos debuts destacados (Purson, The Temperance Movement, Free Fall, The Strypes, Scorpion Child...).


David Bowie - "The Next Day"














Este disco salió casi con nocturnidad y alevosía, casi nadie sabía que estaba encerrado en el estudio. El resultado ha sido tan sorprendente como el propio proceso: "The Next Day" es un disco soberbio. Habrá quien diga que no está a la altura de sus mejores obras, "Ziggy Stardust", "Aladdin Sane", "Low"... Es posible, el tiempo lo dirá pero, comparaciones injustas al margen, que alguien que es una referencia en la Cultura Pop de los últimos 50 años, que ya ha dicho todo lo que tenía que decir y que debe estar super a gusto en casa, con su colección de arte, su batín y sus zapatillas de cuadros, publique a estas alturas un disco de este nivel, es para quitarse el sombrero, el chaqué y el monóculo. Ciertamente, el disco tiene un aire elegíaco, de fin de trayecto y balance, como diciendo "hasta aquí": Glam-Rock, sonidos época berlinesa, una pizca de electrónica, aires negroides y unos cuantos temazos como "Love is Lost", "Valentine's Day" o "The Stars (Are Out Tonight)". No sé si será su último disco, probablemente. En caso de que lo sea, puede descansar tranquilo: Un epílogo cojonudo.




Monster Magnet - "The Last Patrol"















Dave Wyndorf, otro que ha vuelto por sus fueros: La trayectoría descendente de anteriores discos y su aspecto físico de los últimos tiempos hacían presagiar lo peor. Pues clarísimo caso de "Zas, en toda la boca" y de invitación a introducirse los prejuicios por via rectal. El inicio con "I Live Behind the Clouds" y "The Last Patrol" es toda una declaración de principios que nos devuelve a los tiempos gloriosos de la banda. "Three Kingfishers" (acertadísimo cover de un tema de Donovan), "The Duke (of Supernature)" y "Stay Tuned", con Wyndorf en plan Crooner y en estado de gracia, son otros tres grandes temas que nos retrotraen a "Superjudge" y "Dopes to Infinity". Gran y sólido disco con una producción a la misma altura. Welcome Back, Mr. Wyndorf.





The Drones - "I See Seaweed"

















Oyendo este disco uno se siente como el dentista del chiste, en el que un paciente le coge de las pelotas como garantía de dolor mutuo asegurado. Disco denso, difícil, sin concesiones, duro de escuchar. Pero si entras en su juego estás jodido: te lleva hasta donde él quiere, agarrado de ahí, con tu hombría pendiendo de un hilo. Pocos discos se han publicado este año con la intensidad emocional y visceralidad de "I See Seaweed". El primer tema, que da título al disco, un tour de force agotador, con Gareth Liddiard escupiendo (casi literalmente) sus paranoias, es un claro aviso para navegantes. Y el último, "Why Write a Letter That You'll Never Send", un crescendo lento y cadencioso, que llega a su punto culminante para volver a bajar al mismo ritmo: un colofón brutal. Entre medias, canciones tan buenas como "How to See Through Fog", quizás la más "comercial" (así, entre comillas) o la stoogiana "A Moat You Can Stand In". Mucha gente lo odiará pero es buenísimo.





Casablanca - "Riding a Black Swan"
















El polo opuesto a The Drones: lo que allí es un sonido complejo, difícil y nerdismo atormentado, aquí son canciones alegres, sin pretensiones y macarrismo callejero. Si lo suyo son los sonidos Glam/Sleazy, no hace falta que busque más, ha encontrado EL disco de este 2013. Temas coreables, Twin Guitars, buenas voces, mucha melodía y actitud a raudales. Su anterior disco apuntaba muy buenas maneras, que se han confirmado plenamente en este segundo trabajo: hacía tiempo que no se publicaba algo tan resultón en este (denostado) estilo. Pinche "Hail the Liberation", "It's Alright", "Riding a Black Swan" o "Just for the Nite" y ya verá como no hace falta decir nada más. Fresco y chulo como él solo.





The Black Tongued Bells - "Every Tongue Has a Tale to Tell"
















"Si los Rolling Stones fueran de Louisiana, sonarían como nosotros", dicho por ellos mismos, sobradísimos los tíos. Pues no seré yo quien les lleve la contraria: Este grupo, desconocido para mí hasta hace unos meses, ha facturado un señor disco (su debut) que desprende humedad, huele a pantano y oyéndolo casi notas la mirada amarillenta de los caimanes clavándose en tu espalda. Si pinchan "Born on the Bayou", de los Creedence, sabrán de qué les hablo. Sus catorce temas son un catálogo de lo mejor de la música sureña: acordes vacilones, slides, percusiones, pianos honky, toques gospel... Conducidas por la voz lobuna de su cantante D. Miner, canciones como "The Midnight Porter", "Comin' Back for More", "Rattle Some Bones", "Kingbee Jam", la fabulosa versión de "Sixteen Tones" o el medio tiempo "Long Way To Go", son tan orgánicas que casi se pueden tocar. Puro feeling. 






Lo mejor de 2013 (II)


martes, 5 de noviembre de 2013

Festival Serie Z 2013 - Who Will Save Rock'n Roll?


Después de la agradabilísima sorpresa que supuso la edición 2012 del Serie Z, la incógnita de este año era ver si se mantenía el nivel con un, a priori, excelente cartel. Pues no solo lo mantuvo sino que, en mi opinión, lo superó y esta vez, además, con la ayuda de un tiempo excelente.


Viernes 1 de noviembre


Lydia Loveless fue la tercera en tocar, tras los Gas Drummers y The Whybirds, a quienes no tuve la oportunidad de ver. Su último trabajo, "Indestructible Machine" (2011), es un estimulante disco, una mezcla de rock clásico con toques Country y Punk. Lo cierto es que en directo tiró más hacia terrenos NRA (Nuevo Rock Americano), incluso en algunos momentos me recordó a Lone Justice. No acabé de conectar con su propuesta, basada en temas nuevos (apenas si tocó algún tema de "Indestructible") que me pareció un tanto plana y monocorde. Aún así me parece una artista prometedora, con capacidad para componer buenas canciones. Esperaremos a una mejor ocasión



Los siguientes en aparecer fueron los Heavy Metal Kids , la que fuera banda del desaparecido Gary Holton y de la que solo quedan dos miembros originales: el guitarra Cosmo y el batería Keith Boyce. No dieron un mal bolo (las tablas están ahí) y demostraron savoir faire, sobre todo su guitarra Justin McConville, que derrochó simpatía e hizo un trabajo excelente en los coros. El problema es que han perdido todos los matices Glam original que les hicieron famosos para convertirse en una banda Hard Rock del montón: tienen suficientes canciones como para no tener que recurrir a covers de "Rock Candy" (Montrose), "Rock'n Roll Outlaw" (Rose Tatoo) o una versión a capella de "Two Minutes to Midnight" (Iron Maiden), que tampoco encajan mucho con su legado y les confieren un aire verbenero. A pesar de todo sus temas clásicos, como "Hangin' On" (con la que abrieron el concierto), "Chelsea Kids" o "She's no Angel" sonaron bien. Decepción.





Los siguientes fueron Sex Museum, a quienes no vi pero por lo que me comentaron dieron un excelente bolo, similar al del ARF 13, centrado en su faceta más garagera.

Asistir a un concierto de Valient Thorr es como ser arrollado por un rinoceronte enloquecido. Aunque su rock pesado con toques Hardcore no es lo que más me gusta, su espíritu y derroche físico me ganaron: pura actitud. Presentaban su nuevo disco "Our Own Masters", del que tocaron temas como "Master Collider" o "Inmaculate Consumption" (un cañón). También cayeron canciones de trabajos anteriores, como "Heatseeker", "Sleeper Awakes" o "One Tuff Costumer", con la que cerraron su arrollador bolo. Muy bien.





La banda de Uli Jon Roth cerró la primera jornada de festival. Para los que como yo, amamos a los Scorpions de "Virgin Killer", "Taken By Force" o "Tokyo Tapes", se trataba de una oportunidad única para disfrutar de un excelente, e infravalorado, guitarrista. El bueno de Uli Jon salió al escenario con su clásico aire místico y acompañado de un numeroso, y bizarramente variopinto, vive Dios, grupo. Arrancaron con dos clásicos "All Night Long" y "Longin' For Fire" (gran solo), a las que siguió una preciosa "Crying Days". Ver a Uli es todo un espectáculo: casi en trance, con los ojos cerrados, como dirigiendo a una orquesta imaginaria, todo un personaje. Había también cierta inquietud respecto al cantante, ponerse en los zapatos de Meine no es nada fácil, pero lo cierto es que el frontman (del que no he conseguido encontrar ni un solo dato), con un inquietante parecido al malogrado Ronnie James Dio, clavó todas las puñeteras canciones. Impresionante. También sonaron "We'll Burn The Sky", una fantástica "I've Got To Be Free" y una tanda de pura psicodelia guitarrera: "In Trance" (enorme), "Fly to the Rainbow" y "Polar Nights", con el trémolo de Uli sacando chispas y la banda sonando de maravilla pese a su más que discutible estética. Por desgracia un malentendido con la duración del concierto (pensaban que tenían más tiempo) hizo que tuvieran que terminar bruscamente con "All Along the Watchtower", tema tras el que se despidieron. Una lástima, ya que se quedaron en el tintero temas imprescindibles como "Dark Lady" o "Catch Your Train". Excelente concierto.





Sábado 2 de noviembre


La jornada del sábado, que acabó siendo arrolladora, como era de prever, empezó con un cierto retraso debido a problemas técnicos. Los Smokers fueron los primeros en salir, con la que está siendo su gira de despedida. A continuación el turno de los Western Sizzlers, con el incombustible Rick Richards al frente. Dieron un show superenergético y rebosante de frescura, en el que repasaron buena parte de los temas de su primer disco, "For Ol' Times Sake", que sonaron muy rockeros en directo, como "One More Beer", "Shine" o la estupenda "I'll Die a Happy Man If It Kills Me" con la que cerraron el bolo. Muy bien.




Es incomprensible que una banda como The Hangmen no tengan más reconocimiento y se queden para siempre siempre en un status de banda de culto. Por suerte parece que después de una carrera un tanto errática han vuelto, y parece que para quedarse a la vista del magnífico show que dieron. Empezaron con "Cry, Cry, Cry", temazo de su primer disco. Brian Small exuda carisma por todos los poros de su cuerpo, tremenda presencia escénica, perfectamente respaldado por Jimmy James (gran guitarrista) y la bajista Angelique Congleton. Su concierto fue largo, tocaron temas de prácticamente todos sus discos, con muchos momentos destacables, como "Bent", de "Metallic I.O.U.", "Drink, Smoke", de "The East of Western" y una recta final para enmarcar: "Coal Mine", "Walking in the Woods" y una tremenda "Blood Red", que fue el último tema. Volvieron a salir (en el primer bis que se concedió en el festival) para rematar la faena con el magistral cover de "Russian Roulette". El mejor concierto, con permiso de los Dictators, del Serie Z 2013.


  
Tras los Hangmen llegó el turno de Los Coronas, a los que no pude ver (es imposible seguir el ritmo non stop del festival) pero que por lo visto dieron un bolo muy bueno, más surferos que nunca, con canciones como "Adiós Sancho" o "Rockaway Surfers".

¿Qué decir de los Del Lords?: Scott Kempner, Eric Ambel y Frankie Funaro, perros viejos y veteranos de mil batallas, con una trayectoria envidiable a sus espaldas (historia viva del rock americano contemporáneo) y que todavía lucen un aspecto estupendo. Al igual que en su fantástico disco en directo "Howlin' at Halloween Moon", empezaron su show con "Jumpin' in the Night", el fabuloso cover de los Flamin' Groovies. Combinando temas clásicos ("Judas Kiss", "Cheyenne") con canciones de su nuevo disco, "Elvis Club" ("Flying", "When the Drugs Kick In"), hilaron un concierto lleno de fuerza y elegancia. No faltó un homenaje a Lou Reed, con "I'm Waiting for my Man" y una versión de Neil Young, "Southern Pacific" con la que terminaron su actuación. Otros de los triunfadores de la edición de este año.




Pat Travers era uno de los nombres importantes de esta edición. Aunque sus mejores trabajos quedan en la ya lejana década de los 70, ha seguido publicando discos más que dignos en su linea Hard-Blues característica. A pesar de que se le pueda tachar de vieja gloria, lo cierto es que salió a por todas con un comienzo arrollador, en el que enlazó de una tacada "Rock'n Roll Suzie", "Heat in the Street", "Crash & Burn", "I've Got News for You" (versión de Ray Charles) y la archiconocida "Black Betty". Tocando con su furia habitual, se mostró generoso con su banda (aunque el batería se llevó alguna bronca), sobre todo con el guitarrista Kirk McKim (muy bueno, por cierto), que tuvo bastantes momentos de lucimiento. La parte central del concierto, coincidiendo con los temas de su nuevo disco "Can Do" y dos kilométricas versiones de "Red House" y "Statesboro Blues", bajó bastante el pistón y rozó el tedio, aunque la parte final recuperó el brío y terminó por todo lo alto con la infalible "Snortin' Whiskey", que enlazó con otra versión clásica, "Boom, Boom". Notable concierto de un veterano en un excelente estado de forma.




Y por fin llegó el momento que muchos esperaban: después de la caída de cartel del año pasado, Dick "Handsome" Manitoba prometió volver y, como hombre de palabra, lo hizo acompañado casi de un supergrupo: Ross "the Boss", JP "Thunderbolt" Patterson y Daniel Rey (lástima de la ausencia de Andy Shernoff), o lo que es lo mismo, The Dictators. Aquí casi sobran las palabras, fue empezar a sonar "The Savage Beat" y empezó la locura: pogos, crowdsurfing, estribillos coreados a pleno pulmón y sudor a raudales. Un puñetazo tras otro: "The Party Starts Now", "Avenue A", "Who Will Save Rock'n Roll" (increíble, acabé afónico), "Baby Let's Twist", una intensísima "Faster & Louder", con la banda dándolo todo y Manitoba en plan puto amo. Al igual que los Del Lords, dedicaron un tema a Lou Reed: "New York, New York" y cerraron con "Stay With Me". Ya en los bises, interpretaron un cover de los Flamin' Groovies ("Slow Death"), invitaron a Scott Kempner (miembro fundador de la banda) para tocar juntos "Two Tub Man" y se despidieron definitivamente con una explosiva versión de "Kick Out the Jams". Brutal. Tíos, no os muráis nunca, por favor.





Visto lo visto, el Serie Z va camino de convertirse en la referencia de los festivales de pequeño formato, si no lo es ya. Un evento ciertamente singular, urbano, familiar, donde un día te cruzas en el vestíbulo del hotel con Uli Jon Roth, y al siguiente acabas desayunando con Pat Travers (un 10 por él, qué tío más agradable y cercano)  y con un elemento diferencial: el PATIO, donde se vio a la gente vitorear a los Dictators después de su concierto, a Rick Richards repartiendo sonrisas o al cantante de Western Sizzlers proponiéndole a un servidor que le cambiara mi camiseta de los Faces por una de las suyas (No way!).

Que Dios nuestro Señor tenga a bien conservarnos el Serie Z durante muchos años porque, será solo Rock'n Roll pero joder, me encanta.


lunes, 4 de noviembre de 2013

Festival In-Edit 2013: "Downloaded", "Big Star: Nothing Can Hurt Me"


Ayer finalizó la 11ª edición del Festival In-Edit Beefeater, de la que ya hablamos hace unos días. Dos de los documentales que se han podido ver durante esta segunda semana han sido:


Downloaded


Yo pensaba que el Heavy Metal iba de ser inconformista y de luchar contra el sistema. Paradójicamente los que acabaron con Napster fueron Metallica y el Gangsta Rap.

Impecable película sobre el nacimiento, auge y caída de Napster, el servicio de descargas e intercambio de ficheros creado a finales de la década de  los 90 que puso en jaque a la industria musical. El documental cuenta la historia desde el punto de vista de Shawn Fanning, el creador de Napster, que empezó de manera modesta, pidiendo ayuda en una comunidad BBS (el antecesor de los modernos foros de Internet) para solucionar los errores de programación, y terminó construyendo un auténtico imperio (virtual) que, en 2001, llegó a contar con 27 millones de usuarios.

La historia de Napster es, también, la crónica del fracaso de una utopía, del querer cambiar el mundo para que, al final, sea el mundo el que acabe cambiándole a uno. Eso es justo lo que ocurrió cuando el romanticismo inicial dió paso a las batallas legales contra la industria musical, con los Metallica como ariete, y a la búsqueda desesperada de un modelo de negocio (con una fuerte inversión del grupo Bertelsmann) que hiciera a Napster un servicio viable y "legal", cosa que al final no se consiguió.

Para hacerse una idea de lo que representó Napster en su momento y del impacto que provocó, decir que Fanning fue portada de las revistas Wired (publicación de referencia en temas tecnológicos) y "Time", un privilegio que muy pocos han tenido. Napster fue, desde luego, el embrión de servicios como iTunes, Spotify, Facebook y otros que han convertido Internet en el espacio de colaboración e intercambio que es hoy en día.

Imprescindible para amantes de la cibercultura y la tecnología.







Big Star: Nothing Can Hurt Me


Los Big Star son como una carta que se envió en 1971 y que no llegó a su destino hasta 1985, como si hubieran estado perdidos en Correos durante 15 años.

Si hay un grupo que encaje perfectamente en el concepto de "grupo de culto" ese es Big Star: calidad indiscutible, la crítica rendida a sus pies, nula repercusión comercial, desaparición del grupo y reivindicación de su legado a cargo de de grupos de Rock alternativo/Indie de los 80 y los 90, como The Posies, The Replacements, Teenage Fan Club o R.E.M.

"Big Star: Nothin Can Hurt Me" es un emotivo documental que repasa la infortunada trayectoria de la banda. El abundante material de archivo (mayoritariamente fotografías, apenas hay secuencias de video) y los testimonios directos, principalmente de su batería Jody Stephens, el único superviviente de la formación original, permiten trazar toda su historia de manera muy detallada: problemas de distribución y conflictos con las discográficas (Stax y Columbia), frustración ante la falta de éxito comercial, tensiones creativas entre Chris Bell y Alex Chilton, etc. En este sentido resultan especialmente emotivas las intervenciones de los familiares de Chris Bell, que dibujan el perfil de una persona muy talentosa y creativa pero frágil emocionalmente.

Un documental muy interesante, aunque su duración, densidad y carácter discursivo hacen que sea recomendable sobre todo para fans del grupo.



sábado, 26 de octubre de 2013

Festival In-Edit 2013: "Beware of Mr. Baker", "Muscle Shoals"


El pasado jueves se inauguró la edición 2013 del Festival In-Edit Beefeater de documentales musicales. Como de costumbre, la programación es muy variada y con muchos focos de interés. En estos primeros días he podido ver dos de las películas de las que más se ha hablado a priori.


Beware of Mr. Baker


Ya se lo dije a mi mujer, "si algún día tengo que escoger entre tú y la batería, me quedaré con la batería".


Los baterías de rock son como los porteros de fútbol, hay que darles de comer aparte: raritos, excéntricos, algunas veces geniales, a menudo incomprendidos y casi siempre bastante chiflados. Ginger Baker encaja perfectamente en este arquetipo: un pelirrojo hiperactivo, egocéntrico, furibundo e intimidante, pero también uno de los baterías más innovadores (pionero en la utilización del doble bombo) y geniales de la historia del rock, aunque él se considere a sí mismo un músico de Jazz.

El documental de Jay Bulger repasa con bastante detalle la interesante, aunque errática, carrera de Baker: sus inicios con Cream y Blind Faith; la experiencia en solitario con aquella excepcional Big Band que fue la Ginger Baker's Air Force; sus aventuras nigerianas con Fela Kuti; la incorporación posterior al Baker-Gurvitz Army, su experiencia con los Masters of Reality (gran disco, por cierto, el "Sunrise on the Sufferbus") o las colaboraciones posteriores con músicos de Jazz, con las que se ganó el respeto de los exigentes miembros de dicho gremio.

Culo de mal asiento y de carácter, por decirlo finamente, controvertido, los testimonios de ex-esposas (hasta tres), hijos y antiguos compañeros musicales ilustran perfectamente su tortuosa vida y, aún profesándole gran admiración profesional, no le dejan en muy buen lugar como persona: su relación de odio-desprecio, que llega a límites obsesivos, con Jack Bruce; la confesión de Eric Clapton que le considera un gran amigo pero que prefiere mantenerse alejado de él en aras de su equilibrio psicológico y sobriedad; por no hablar de su escaso sentimiento paternal, del que dan fe algunos de sus descendientes. Curiosamente uno de los pocos que habla bien de él es el inefable John Lydon, que no acabo yo de tener claro que sea algo positivo precisamente.

Lo cierto es que el Baker-personaje da mucho juego, pero es que además la película es muy atractiva a nivel formal: bien estructurada narrativamente y bastante original, en la que destacan la utilización del montaje en paralelo con la pantalla partida y algunas secuencias animadas, bastante curiosas y divertidas. Todo ello le da mucha frescura al film y le confiere un aire diferente al del típico documental de toda la vida.

Excelente película, muy recomendable para los amantes de la batería y del rock de finales de los sesenta y principios de los setenta.





Muscle Shoals


Todo el que venía a grabar un disco a Muscle Shoals acababa saliendo con un éxito debajo del brazo.


Muscle Shoals es sinónimo de leyenda, un nombre que huele a pantano y a sudor; que suena a Funk y a Rythm & Blues y está intimamente vinculado a figuras como Wilson Pickett, Bob Seger, Rolling Stones, Rod Stewart, Aretha Franklin, Etta James, Lynyrd Skynyrd o, por poner un ejemplo más contemporáneo, The Black Keys. Un lugar muy especial en el culo del mundo en el que un puñado de músicos blancos pobres como ratas y que apenas habían salido de su pueblo fueron capaces de crear un sonido musculoso, orgánico e inconfundible.

Este documental de Greg Camalier cuenta la historia de Muscle Shoals, desde el embrión que fue el estudio Fame fundado por Rick Hall, hasta la posterior escisión del grupo de músicos del estudio, los Swampers, que dió lugar a la creación de los legendarios estudios de grabación que llevan ese nombre.

Conducida por Bono, Keith Richards y Mick Jagger (que vendrían a ser los ganchos comerciales del film), la película resulta, por poco mitómano que uno sea, verdaderamente fascinante, pura historia viva de la música popular americana: la grabación de "Land of 1000 dances" de un desconfiado Wilson Pickett, que acabo rendido a los pies de un grupo de músicos blancos desconocidos; la catapulta a la fama que representó "I Never Loved a Man", con arreglos improvisados en el estudio, para una casi deshauciada Aretha Franklin o Keith Richards y su particular "Making of" de "Wild Horses".

Otras historias emocionantes: Gregg Allman explicando como su hermano Duane se inspiró para aprender a tocar Slide; el mismo Duane convenciendo a Wilson Pickett y a Rick Hall para grabar el cover de "Hey Jude", en lo que se considera el embrión del Southern Rock, o la afortunada coincidencia que hizo que la intro al piano de Billy Powell en "Free Bird", no prevista inicialmente, acabara incorporándose a la canción.

El documental hace hincapié también en otros aspectos sugestivos, como los problemas que la segregación racial comportaba a los músicos negros, las difíciles circunstancias vitales de Rick Hall (el típico "self made man"), que pudo superar gracias a su perseverancia y un carácter de hierro o el desencuentro con Jerry Wexler, uno de los capos de Atlantic Records. A destacar también el vínculo pasado-presente con el que finaliza el documental: una sesión en la que Alicia Keys hace una estremecedora (piel de gallina) versión gospel de "Pressing On", de Bob Dylan.

Si bien el film no es un prodigio de originalidad, aunque es bastante preciosista y pródigo en imágenes del entorno y el paisaje de Muscle Shoals para remarcar su carácter telúrico, la materia prima con la que trabaja lo convierte en un documental imprescindible para cualquiera que ame mínimimante la música.




jueves, 3 de octubre de 2013

The Sheepdogs, Sala Bikini - 02/10/2013



Unos cracks, estos canadienses. Si ya en el Azkena Rock 2013 dejaron muy buenas sensaciones, anoche confirmaron que son un pedazo de banda. Si en la carpa del ARF habían sonado como los ángeles, era previsible que en Bikini, una sala tan fría como bien sonorizada, lo hicieran todavía mejor, como así fue. Desde luego, a pocos grupos he visto sonar tan bien como a ellos.

Por si eso fuera poco, estos señores pueden tocar lo que quieran y como les dé la gana: suenan sureños en "I Need Help", "Southern Dreaming" (fantástica) o "How Late, How Long"; ligeramente psicodélicos en "Right On" y "Way It Is"; californianos en "I Don't Get By"; jazzísticos en "Ewan's Blues"; glammies en "Feeling Good" e incluso en algunos pasajes rozan lo progresivo. Y siempre con un poso de armonías Pop (sobre todo los coros) que le da mucha personalidad a su música. 





Excelentes músicos, resulta difícil destacar a alguien: Ewan Currie es el cantante y guitarra solista, pero Leot Hanson, el segundo guitarra, no le anda muy atrás. El teclista Shamus Currie estuvo sensacional todo el concierto, atreviéndose con el trombón en "Ewan's Blues". La base rítmica, el bajista Ryan Gullen y Sam Corbett a la batería, es excelente; además, su trabajo en los coros es una de las señas distintivas del grupo, como ya se ha comentado, y llegan a recordar a las armonías vocales de la ELO. Escuchen sino "Never Gonna Get My Love" o "Is Your Dream Worth Dying For?", de su disco "The Sheepdogs".

En resumen, gran concierto (de lo mejor que he visto este año) de una banda a tener muy en cuenta, en el que destacaría el tramo final, jam incluída, con "I Don't Get By",  "Javelina!", "Learn and Burn" y "I Don't Know". Si tuviera que definirlos, diría que son la mezcla perfecta entre Allman Brothers y The Beatles. ¿Exagerado? Igual sí, pero escuchen sus discos "Learn and Burn" y "The Sheepdogs" y luego volvemos a hablar.






domingo, 22 de septiembre de 2013

Hellsingland Underground, Sala Rocksound - 20/09/2013


Ya lo he comentado alguna vez, los suecos empiezan a dar bastante rabia: guapos, ricos, civilizados y ahora, encima, marcando tendencia musical y sacando grupos buenísimos cada dos por tres, atreviéndose incluso con el Rock de raíces americano. Es el caso de Hellsingland Underground, banda originaria de Ljusdal, un pueblo de Hälsingland, región boscosa del centro de Suecia, aunque oyéndoles se diría que son mismamente de Alabama.

Sus tres discos publicados hasta ahora "Hellsingland Underground" (2008), "Madness & Grace" (2010) y "Evil Will Prevail" (2012) son una especie de compendio, hecho con exquisito gusto, de los últimos cuarenta años de rock americano: armonías vocales, guitarras dobladas, sonoridades country, ritmos sureños... los Allman Brothers están por ahí flotando en algunos de sus temas, aunque ellos mismos afirman que, siendo suecos, lo suyo es el Northern Rock.

Su larga gira española, presentando "Evil Will Prevail", los trajo el viernes a la Sala Rocksound donde dieron un concierto magnífico, confirmando las buenas vibraciones que desprenden sus discos. Empezaron con "Singing While The World Dies", uno de mis temas favoritos de su último trabajo y "The Spark Than Never Dies". Lo cierto es que suenan super engrasados y algo más hard que en disco, con un destacadísimo trabajo de sus dos guitarras, Matt Olson y Peter Henriksson: era impresionante ver como se enzarzaban en sus duelos de Twin Guitar en temas como "The Lost River Band" o "Midsummer's Wreath Meltdown".




Super comunicativos y francamente simpáticos, se metieron al público en el bolsillo en un plis plas, animando al personal, tocando entre el público o bailoteando y haciendo el indio en la mini Jam de "In The Evening", aprovechando que el teclista Henning Winninberg (gran trabajo el suyo) se arrancó con unos acordes latinos a mitad del tema. Bordaron canciones como "They All Grew Old While I Grew Yound" (con un solo de guitarras dobladas a lo Thin Lizzy que ponía la piel de gallina), "Evil Will Prevail", la springsteeneana "Church Bells Through The Valley", con la cálida voz de Charlie Granberg como contrapunto a las guitarras, o la rockanrolera "Stickin' with You".



Terminaron el concierto con la ya comentada "In the Evening",  "Northern Country Boy", coreada por toda la sala y, ya en el bis, "Child of Another Time", otro tema de su primer disco. Aunque empapados en sudor (el calor en la sala rozó lo infernal) y agotados, se les veía contentos cuando se despidieron en el escenario. Motivos tenían para estarlo: suenan muy bien, son músicos notables, componen buenos temas (así a bote pronto me salen como una docena) y se dejan la piel en el escenario.

Esperemos que vuelvan pronto y, si no es mucho pedir, con más público en la sala, una banda como esta bien lo vale.


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