lunes, 9 de noviembre de 2015

Festival Beefeater In-Edit 2015


















Ayer terminó la edición 2015 del festival In-Edit y ya se conocen los ganadores: en la categoría de mejor documental internacional el premio ha sido, ex-aequo, para "Orion: The Man Who Would Be King" y "The Ecstasy of Wilko Johnson", que comentaremos más adelante. En cuanto a la categoría de documental nacional, el vencedor ha sido "Rumba 3 de Ida y Vuelta".

Magnífica esta edición, nada extraño por otra parte, pues es la tónica habitual de los últimos años. A continuación una breve reseña de los cinco documentales que he tenido la oportunidad de ver, todos ellos muy interesantes, ya sea por su contenido o por cuestiones formales.


Salad Days: A Decade of Punk In Washington, DC


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Wishing for the days
When I first wore this suit
Baby has grown older,
It's no longer cute
Too many voices
They've made me mute
Baby has grown ugly,
It's no longer cute

Sabor agridulce con este documental: de un movimiento y de personajes tan interesantes como Ian McKaye o Henry Rollins la expectativa era un film explosivo, pero no. Está bien, pero una estructura muy canónica de imágenes de archivo + testimoniales (esperaba algo más innovador) y una narrativa a veces un poco confusa lastran un poco el resultado final.

Aún así, la película dibuja un retrato bastante inteligible de la escena, haciendo hincapié en la creatividad, el DIY y la efervescencia de ese momento y ese lugar, sin eludir sus aspectos más polémicos, como la violencia, el machismo y toda la controversia generada alrededor del Straight Edge.

Lo mejor del documental es, sin duda, su archivo de imágenes en un expresivo blanco y negro: las instantáneas de Jim Saah (que ejerce también como director de fotografía), algunas de ellas impresionantes, son el mejor testimonio de esa época.


Mr. Dynamite: The Rise of James Brown



Yo no podía soñar con otra cosa que no fuera ser un obrero, es lo que era mi padre, lo que veía a mi alrededor. Yo soñaba con poder comer.

Eléctrico film de excelente montaje, con momentos francamente divertidos (la anécdota relacionada con Little Richard es de traca) y ritmo contagioso, imposible estarse quieto, como era de prever. Tal y como anuncia el título, es un repaso a la vida y carrera de James Brown, desde la niñez y hasta sus inicios con un Soul/R&B de corte clásico, pasando por la transición hacia el Funk y un sonido más moderno, y acabando en los años 70, "época del bigote" la llaman en la película, que marcan el inicio de su decadencia.

"Mr. Dynamite" confirma lo que ya era más o menos sabido: su capacidad de trabajo, su talento natural e instinto para los arreglos de metal (virtud compartida con Otis Redding) y su determinación; como conocidas eran también su legendaria tacañería, el despotismo con el que trataba a sus músicos y su desconfianza hacia la humanidad en general. En este sentido, el documental es muy equilibrado: luces y sombras andan más o menos a la par, aunque uno no puede dejar de estremecerse oyendo contar a Maceo y Melvin Parker (batería y saxo de la formación clásica de JB) una siniestra anécdota, con pistola de por medio, que no deja en muy buen lugar a Mr. Brown.

Aparte del montaje, otro aspecto muy atractivo de la película tiene que ver propiamente con la música: la diferencia entre el "1" y el "2" (si ven la película lo entenderán), los distintos estilos de batería que convivían en la banda y cómo se complementaban entre sí o algunos trucos que utilizaban tanto en el estudio como a la hora de componer.

Destacar también la calidad de los testimoniales: Mick Jagger (que últimamente se apunta a todas), Pee Wee Ellis, Fred Wesley, Chuck D (Public Enemy), Bootsy y Catfish Collins o los hermanos Parker.

Si tuviera que ponerle un único pero es el poco tiempo que se dedica a la influencia ejercida en artistas posteriores, como Michael Jackson, Prince o las bandas de Hip-Hop, apenas 3-4 minutos, que no alcanzan para poner de manifiesto el enorme peso específico que ha tenido James Brown en buena parte de la música negra que se hizo a partir de los años 70.


The Ecstasy of Wilko Johnson



No hay cosa que no puedas hacer cuando sabes que vas a morir

El documental ganador de esta edición 2015 lo firma el siempre heterodoxo Julien Temple que, aquí realiza un trabajo francamente brillante. Íntimo amigo de Wilko desde el rodaje de "Oil City Confidential", cuando el guitarrista se enteró de que le quedaban pocos meses de vida, le propuso al realizador que filmara sus conversaciones a modo de testamento vital, sin intención alguna de realizar una película. Un caprichoso giro del destino, que no desvelaremos aquí, hizo que estas charlas se convirtieran finalmente en un documental.

¿Qué se siente cuando a alguien le diagnostican un cáncer terminal? ¿Cómo se afronta el poco tiempo que a uno le queda? A partir de esta premisa y utilizando como Leitmotiv la poderosa, y ya icónica, imagen de la parca jugando al ajedrez con su víctima que Bergman inmortalizó en el "Séptimo Sello", Temple crea una conmovedora, preciosista y visualmente cuidadísima reflexión sobre la vida y la muerte.

Para ello, crea un hilo argumental paralelo al de la película "A Matter of Life and Death", un clásico del cine británico de los años cuarenta protagonizado por David Niven, para desarrollar una historia en la que va intercalando una riquísima, a veces apabullante, colección de referencias cinematográficas ("Nosferatu", "Simón del Desierto", "La Bella y la Bestia"...), artísticas (Doré, William Blake...) y literarias (Shakespeare, Milton, Wordsworth...).

De entrada podría parecer un planteamiento muy pretencioso, pero da la casualidad de que Wilko, que ejerció un tiempo de profesor, es un personaje casi renacentista (quién lo diría), amante de la literatura, la cultura clásica y la astronomía. El propio Temple dice de él que en una conversación normal es capaz de intercalar citas literarias o partes de poemas: "Si no lo conoces parece realmente un loco". Lo cierto es que, viendo el resultado final, fue una acertadísima idea.

Y Wilko Johnson da mucho juego como personaje: su talante y peculiar sentido del humor, sus inquietudes culturales, sus reflexiones, algunas de ellas sorprendentes para alguien que está al borde de la muerte, y sus vivencias hacen que uno llegue a identificarse completamente con él.

Si a todo ello le añadimos algunas escenas francamente emocionantes, cómo cuando recuerda a su mujer, que murió también de cáncer hace unos años, o las imágenes de su último concierto en Japón, tocando "Bye Bye Johnny" para cerrar su actuación y el ingenuo frikismo de los japoneses luciendo en todo su esplendor, nos queda una película que trasciende cualquier género para convertirse en una auténtica lección de vida.


The Jam: About the Young Idea



No se puede ser Punk con 40 años, pero sí puedes ser Mod con 50 ó 60, es algo atemporal.

Otro interesante documental, también de formato muy clásico, que narra la historia de la mítica banda británica desde sus inicios hasta su separación, motivada por la interminable dinámica disco-gira-disco-gira, su estrecho horizonte (era una banda muy british, difícil de entender fuera de su contexto) y la necesidad de buscar nuevos retos artísticos.

El aspecto novedoso es que en este caso los testimoniales no son solo los típicos relacionados directamente con el grupo, sino que se incluyen las reflexiones de fans de The Jam, algunos ilustres, como el actor Martin Freeman (Bilbo Bolson en "El Hobbit") y otros anónimos, como la fan japonesa que viajó a Londres para verlos y se quedó para siempre, que cuentan cómo influyó en sus vidas la música del grupo. Este inteligente planteamiento permite ver las cosas desde el otro lado, ya no solo desde la perspectiva del artista sino desde la percepción del fan y sus sentimientos respecto al grupo.

Además de poder ver cómo se las gastaban The Jam en directo, que en tomas de canciones como "In The City", "A Town Called Malice" o "Going Underground" demostraban un poderío y consistencia tremendos, el documental dibuja al mismo tiempo un certero fresco sobre las últimas décadas de la historia británica. The Jam siempre fueron una banda muy de clase obrera y muy política, la explicación de como surgió la canción "The Eaton Rifles" es una buena muestra de ello, y su música y sus letras son un un buen reflejo de la evolución cultural (el Pub Rock, la explosión del Punk y el movimiento Mod, el surgimiento de la New Wave...) y política (el Thatcherismo, la crisis económica e industrial) en el Reino Unido.

Imprescindible para fans de la banda y amantes de la cultura Mod y la música británica.


Janis: Little Girl Blue



Janis siempre decía que cantar en directo era como hacer el amor. Pero eso es una ilusión: el concierto se termina, los fans se van a su casa y tú te quedas a solas contigo mismo.

"Janis" ha sido la película con el que se ha clausurado el festival. Pese a que anteriormente ya se había realizado alguna obra sobre ella, como el documental "Janis Slept Here" (1994) o el biopic "La Rosa" (protagonizado por Bette Middler), este es el film definitivo sobre su legendaria figura.

Larga y bastante densa, la película narra su vida con todo lujo de detalles, desde su infancia en Port Arthur (Texas) hasta su ascenso a la fama a partir del Festival de Monterey. La narración refleja perfectamente las dos caras de la cantante: por un lado su desparpajo personal, su talento natural para cantar, su aparente dureza; por el otro su extrema fragilidad y su necesidad constante de atención y aceptación, acentuada por el acoso que sufrió de adolescente en la escuela y en la universidad.

Lo cierto es que la perspectiva sobre su figura es muy completa y los testimonios abundantes: hermanos, amigos de la infancia, miembros de Big Brother y Grateful Dead, amantes, entre ellos un sorprendente Dick Cavett, el presentador de TV con quién siempre se especuló que tuvo un romance, que él mismo se encarga de confirmar de manera muy elegante. Sus adicciones e inestabilidad emocional están muy presentes en casi todos los testimonios, como no podía ser de otra manera.

Pero todo eso carece de importancia cuando la vemos en el escenario: es difícil que no se te erice la piel cuando la vemos desgañitarse y desnudarse emocionalmente; cuando la cámara enfoca su rostro en primer plano mientras canta "Tell Mama", "Ball and Chain" o "Cry Baby"; o sus míticos conciertos en Monterey o Woodstock, un auténtico tour de force de una bestia escénica como ha habido pocas.

Aunque la auténtica Janis quizá se encuentra en las imágenes que aparecen en la película del documental nunca terminado de D.A. Pennebaker o en las secuencias de otro documental, "Festival Express": en el estudio grabando, bromeando con su descaro habitual, rodeada de músicos, cantando con su guitarra, en su salsa.

Un personaje inmortal.


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