domingo, 2 de diciembre de 2012

Los mejores discos de 2012 (y II)


2012 ha sido un año excelente: Retornos más o menos sonados (Aerosmith, Van Halen, The Cult, Redd Kross, The Darkness, Soundgarden, Rush...); bandas consolidadas (TSOOL, Jim Jones Revue, The Mars Volta, Spiritualized, The Avett Brothers, Wychcraft...); clásicos de siempre (Springsteen, Dylan, Young, Hiatt...); grupos prometedores que han dado un paso adelante (The Gaslight Anthem, Graveyard, Gallows, Baroness, Pulled Apart by Horses, Tame Impala, Rival Sons...) y debuts sorprendentes (Alabama Shakes, Kadavar, The Sheepdogs...).

Elegir únicamente diez de entre todo lo bueno que ha se ha publicado, pues, ha sido una tarea complicada (bendito problema) e injusta, ya que en otras circunstancias habría discos que, sin duda, merecerían estar en el Top. A continuación el segundo grupo de 5 discos que completa la lista iniciada en el post anterior.


Throw It to the Universe - The Soundtrack of Our Lives





















TSOOL han anunciado su disolución, por lo que "Throw It to the Universe" ha sido su último trabajo como banda. Se trata de un disco otoñal y melancólico, de tono elegíaco y sonido algo diferente a lo que nos tenían acostumbrados. Excelentes canciones como "Where's the Rock" (con un punto The Shadows e interesantes arreglos de metal), "Freeride" (puro Rock californiano), la épica "Faster Than the Speed of Light", la casi pinkfloydiana "Reality Show", la monumental "When We Fall", otra de las canciones del año, o el último tema, "Shine On (There's Another Day After Tomorrow)", un genial epitafio. Posiblemente no sea su mejor disco, pero destila clase y elegancia por los cuatro costados. Despedida a hombros y por la puerta grande.



Researching the Blues - Redd Kross





















El del grupo de los hermanos McDonald ha sido otro retorno celebrado, tras quince años de silencio discográfico. Y lo cierto es que no han defraudado, todo lo contrario: "Researching the Blues" puede jugar perfectamente en la liga de "Phaseshifter" o "Third Eye". Los dos primeros cortes, "Researching The Blues" y "Stay Away from Downtown" (fantásticos) dejan claro que siguen abrazando ese Power Pop infeccioso que les caracteriza. Aunque también pueden sonar garageros, como en "Uglier" (Fuzz a tope), o directamente beatlelianos, como en "Meet Frankenstein", "Dracula's Daughter" o "One of the Good Ones (con ese ritmo de bateria super Beat). Destacar también la buenísima "Hazel Eyes" que cierra un disco que, de bueno, se hace corto: ningún tema llega a los cuatro minutos y algunos no llegan a los tres. Bienvenidos de nuevo y para el próximo no tardéis tanto, coño.



Church of Rock and Roll - Foxy Shazam





















La primera vez que vi un video de Foxy Shazam ("Oh Lord", de su disco anterior "Foxy Shazam", publicado en 2010) no supe si tomármelos en serio: un sonido entre épico y pomposo (una especie de Jim Steinman meets Queen), la voz en falsete de Eric Nail, su cantante de pinta andrógina, un clon de Freddy Mercury con bigote a lo Dalí y pecas pintadas en la cara que le daban aspecto de enfermo de varicela... Eso y el sorprendente (por absurdo) video en el que reinaban unas rollizas animadoras de equipo de baloncesto me hacían temer lo peor. A los dos días de haberlos conocido ya me tenían a sus pies, enganchado a su disco como droga dura. "Church of Rock'n Roll" es una versión 2.0 de su trabajo anterior, con un sonido más grandilocuente si cabe: Hits irresistibles como "Last Chance at Love", "Holy Touch" o "I Like It"; baladones como "Together Forever" y "Freedom"; canciones Pop-Rock-Soul-Funk bailables como "I Wanna Be Yours" o "Wasted Feelings"; incluso llegan a sonar como los Zeppelin en "The Temple" y a atreverse con el blues en "The Streets". Foxy Shazam han llegado para quedarse y, gracias al cielo, divertirnos. Un disco petardo, delirante y surrealista, imposible no amarlo.



King Animal - Soundgarden





















La mayoría no sabíamos qué esperar del nuevo trabajo de Soundgarden. ¿Un retorno rutinario con el talonario como único objetivo? ¿Un intento desesperado de reverdecer glorias pasadas ante la poca repercusión de proyectos individuales? La verdad es que daba un poco de miedo. Pues finalmente ha sido un retorno más que digno, dignísimo diría yo. No es un disco rupturista ni que vaya a cambiar la historia de la música, pero todo ha cambiado y ni ellos son los mismos que hace 18 años ni nosotros aquellos postadolescentes más o menos impresionables. La esencia de su sonido es la misma, esa potencia con un punto épico permanece (el disco suena como un cañón), con temas de riffs sabbathianos: el inicial "Been Away Too Long", "Blood on the Valley Floor", "Eyelid's Mouth" o "Attrition", a los que añaden algunos medios tiempos y temas lentos, como "Bones of Birds", "Halfway there" (grandes temas) o "Rowing" (con un punto experimental). A nivel individual se les ve en buena forma: el dinamismo del fenomenal e incombustible Matt Cameron le da un plus al disco, acompañado de las buenas líneas de Ben Sepherd. Por su parte, un Chris Cornell menos desatado pero añadiendo matices a su voz, y un buen trabajo también de Kim Thayil. Un trabajo muy sólido, que se nota currado en composición y arreglos y, quizá, un poco más sosegado que en anteriores discos, es lo que tiene la mal llamada madurez. Muy buen disco.




World Music - Goat





















El debut de Goat, un grupo sueco sobre el que no hay prácticamente información y que actúan enmascarados, se ha colado en el último momento en el Top 10. Es un artefacto sonoro extraño, incalificable y altamente estimulante. Si metiéramos en una coctelera un cuarto de George Clinton, otro cuarto de Fela Kuti, unas gotas de Kraut Rock y psicodelia, guitarras Fuzz y Wha-Wha y una pizca de ragas indios, lo que saldría de ahí sería muy parecido a "World Music". Desde la intro inicial, el guitarrero instrumental "Diarabi", uno ya se da cuenta de que el disco no es muy ortodoxo. La segunda canción, "Goatman", podría ser perfectamente la banda sonora de una película de Blaxplotation y la siguiente, "Goathead", un pandemonium de percusión y Fuzz que se te mete en el cerebro. A partir de aquí de sorpresa en sorpresa: las guitarras y órgano funk de "Disco Fever"; "Golden Dawn", puro garage; "Let it Bleed", un afro funk con todas las de la ley y las dos últimas canciones, "Goatlord" y "Det som aldrig förandras/Diarabi", de influencia claramente oriental, con un Harmonium omnipresente. Hipnótico y diferente, posiblemente uno de los discos más sorprendentes del año.

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