miércoles, 9 de noviembre de 2016

Festival In-Edit Beefeater 2016











 Catorce ediciones ya del In-Edit Beefeater, mucho mérito para un festival de estas caracteristicas. Este año homenaje a los 40 años de Punk y documentales atractivos y de todo pelaje, como siempre.


Supersonic




No me importan los aspectos musicales, eso se lo dejo al grupo, yo me limito a salir ahí fuera, coger el micro y molar un montón.


El que quizá era, junto con "Gimme Danger", uno de los documentales más esperados del festival, con pases prácticamente a diario y varios sold-out, no decepcionó. Centrado en la etapa de esplendor de la banda (1991-96), "Supersonic" es, a pesar de su duración (dos horas), una película muy entretenida y dinámica, mérito de un montaje excelente, a la par que bien hilvanada y tremendamente divertida.

Si el motor creativo de la banda era la rivalidad entre los dos hermanos, el catalizador de la trama se fundamenta también en los testimonios de Noel y Liam, aunque siempre en off, pues no llegaron a coincidir en ningún momento. A través de ingeniosas, y a menudo hirientes, réplicas y contraréplicas, como si se tratara de una comedia de Billy Wilder, se va dando forma a la historia de la banda desde sus inicios y el inesperado fichaje, pura chiripa, por Creation Records hasta su cenit como formación, en el gigantesco Festival de Knebworth

Si alguien pensaba que los Gallagher son unos gilipollas de hiperbólica autoestima, desde luego el film no predispone demasiado a cambiar de opinión, aunque sí es verdad que los testimoniales, principalmente de su madre y de su hermano mayor, humanizan su figura e incluso en algunos momentos se puede llegar a empatizar con ellos.

Algunas reseñas hablan de documental "indulgente", no lo veo así: en ningún momento se obvian los trapos sucios (drogas, follones con la prensa, peleas...), aunque el documental tampoco sea especialmente amarillista. Como decía antes, no pretende ofrecer una imagen amable del grupo, es más, los hermanitos son plenamente conscientes de ser unos capullos y sorprende la naturalidad con la que abordan su relación de odio/odio, se lanzan sangrantes pullas diferidas y narran sus incruentas peleas como si fuera lo más normal del mundo.

Notable documental, imprescindible para fans del grupo.



Sin Permiso




La ordenanza de civismo, la ley de seguridad ciudadana... Todo este tipo de leyes están pensadas para que la gente se resigne, para que esté callada en su casa. 


Película de indudable interés sociológico, más que musical, que a partir de la sistemática persecución que sufren los músicos callejeros en Barcelona aborda un tema candente, como es la gerintrificación de la ciudad y su progresiva transformación en una especie de parque temático para turistas.

Ciertamente el documental pone el dedo en la llaga, hace reflexionar y plantea preguntas incómodas acerca de los derechos cívicos, la "propiedad" del espacio público y el papel que juegan en todo esto las administraciones, que parecen más preocupadas en promocionar la "marca Barcelona" que en el bienestar de sus ciudadanos.

A pesar de los escasos medios, es un film prácticamente de "guerrilla" y de su largo proceso de gestación, empezó a rodarse hace más de tres años, es una producción francamente interesante y de contundente mensaje.



Keith Richards Origin of The Species




Era un fanático de los aviones y me encantaban las maquetas de Airfix: el Avro Lancaster, el Spitfire... A pesar de que ponía todo mi empeño, nunca conseguía que me quedaran bien. Pero me gustaba la cola.


Para Julien Temple Barcelona es ya como su segunda casa, ni recuerdo las veces que ha estado en el Festival: en 2009 con "Oil City Confidential", en 2012 en el ciclo homenaje a su carrera, el año pasado presentando "The Ecstasy of Wilko Johnson" y ejerciendo de DJ...

En 2016 ha vuelto de nuevo, esta vez con "Keith Richards: Origin of the Species" debajo del brazo, una película que forma parte del ciclo "My Generation", producida por la BBC.

Básicamente Temple nos cuenta la vida de postguerra en Gran Bretaña a través de los ojos de Kiz, desde su nacimiento en 1943 hasta 1962, justo antes de los Rolling Stones y de la eclosión de la British Invasion. El documental es muy "Templeliano", lleno de esas referencias culturales a las que nos tiene acostumbrados y con los interludios con canciones, fotografías e imágenes de películas y programas de TV antiguos que son tan de su gusto.

Un film quizá menor y un poco decepcionante a nivel musical, aunque en la presentación el propio Temple comentaba que quería hablar de la persona y no del personaje, pero de interés histórico y con el gran valor añadido de ver al siempre canalla y socarrón Keith Richards contándonos su vida en primer plano.



A Song for You: The Austin City Limits Story




Ya puedo decir que lo he hecho todo en el mundo del Rock'n Roll: ¡Me han invitado a tocar en Austin City Limits!


El documental que sirve de homenaje a "Austin City Limits", el más longevo, y probablemente el mejor, programa musical de la televisión pública norteamericana, es una apasionada declaración de amor por la música.

Cuando se cumplen cuarenta años desde su primera edición, "A Song for You" repasa la historia del programa de la mano del equipo encargado de la producción (director, técnico, productores) y de la nómina de artistas, que es de las que hacen temblar las piernas, que han pasado por su escenario: Willie Nelson, Beck, Radiohead, Pixies, Stevie Ray Vaughan, Pearl Jam, Lyle Lovett, Wilco, Avett Brothers, Emmylou Harris, Alabama Shakes... Su formato, además, supone un reto para los músicos: en riguroso directo únicamente un escenario, público y cámaras, sin overdubs, sin playbacks, sin entrevistas, tan solo música pura, desnuda y a pecho descubierto.

La película hace especial hincapié en los hitos que han ido marcando la trayectoria del programa, como la actuación de Ray Charles, que les supuso un gran salto de calidad y credibilidad, el traslado a un estudio más moderno o su cambio de rumbo desde la música de Texas y el country tradicional de Nashville que emitían al principio, hasta su salto hacia tendencias más "Indie" que les han permitido mantener el interés de la audiencia.

De visionado obligatorio para cualquier amante de la música, independientemente de sus gustos.



Gimme Danger




Un día me senté en la orilla del río y me lié un porro. Me di cuenta de que no era negro y en ese momento tuve claro que quería hacer para las nuevas generaciones de jóvenes blancos lo mismo que estaban haciendo los músicos negros para las suyas.


El anuncio de que Jim Jarmusch estaba rodando un documental sobre los Stooges generó mucha expectación. Y no era para menos: que un director iconoclasta y de culto, que ya había firmado años atras un trabajo excelente ("Year of the Horse") con Neil Young & Crazy Horse, y un grupo legendario y pionero unieran fuerzas, era casi una garantía de algo grande.

Pues al final ni chicha ni limoná. Cierto es que la película está muy bien hecha, que gustará a fans acérrimos, como un servidor, y que aquellos que no los conozcan saldrán del cine con una idea bastante clara de quienes fueron los Stooges y porqué son tan importantes.

Pero en mi opinión el documental tiene tres defectos.

El primero, bastante menor si se quiere, es el no contar prácticamente nada nuevo, aunque era difícil tratándose de una banda sobre la que se ha dicho y escrito mucho y de la que existe muy poco material de archivo.

El segundo es que de alguien como Jarmusch esperaba algo más rompedor formalmente y, en cambio, ha entregado una obra muy pulcra y académica, muy de cánon y poco "autoral".

Y el tercero es que es autocomplaciente y amable en exceso. No me gustan las aproximaciones sensacionalistas ni que se hurgue en los aspectos más escabrosos de los artistas porque sí, pero la actitud nihilista y Punk avant la lettre de los Stooges en plena época hippy, y la dificultad que entrañaba manejarles, forma parte intrínseca de su identidad. Eso es buena parte de lo que los hace especialmente atractivos y creo que queda bastante diluido, hasta tal punto que nos encontramos a un Iggy Pop que parece la madre Teresa de Calcuta, hablando casi de una conspiración global que les hizo fracasar.

Documental correcto en el que Jarmusch lleva a cabo una aproximación muy desde la óptica del fan, que tampoco me parece mal, pero que me ha dejado con la sensación de promesa incumplida. El eterno problema de las expectativas.



Lo que hicimos fue secreto




En aquella época no había un duro. Y como no había un duro se hacía todo de una manera muy desinteresada. Éramos muy brutos pero también muy inocentes, lo que hacíamos era muy puro.

La película de David Álvarez ganó el premio al mejor documental nacional con una película de "tesis", que tiene algún punto en común con "Sin Permiso". El director nos cuenta su visión del nacimiento del Punk en Madrid, desde su tímida génesis en el seno de la Movida, hasta su mayoría de edad, con una escena Punk-Hardcore, aunque minoritaria, muy bien organizada y profundamente vinculada a diferentes movimientos sociales.

El film tiene una factura excelente, con testimonios que dan mucho juego, especialmente Nacho Canut en plan diva viperina, la siempre estimulante Ana Curra o Ramoncín recordando su época como rey del pollo frito. Ofrece también muchos focos de atractivo más allá de lo estrictamente musical: excelente material de archivo; apuntes sociológicos y políticos que ayudan a entender cómos y porqués de algunos aspectos de la transición (paradójico ver a Felipe González con chaqueta de pana); el Rastro como aglutinador y catalizador cultural o el hecho de poder recuperar la figura del añorado Tierno Galván.

Aunque si hubiera que definir el documental con una frase corta yo hablaría de elogio del "hazlo tú mismo" (DIY), uno de los principios fundacionales del Punk, del espabilarse sin esperar a que otros lo hagan por tí y, sobre todo, de apología del compromiso, social y político, con aquello en lo que uno cree.

Excelente trabajo.



I Am Thor




Joder, he viajado miles de kilómetros para estar aquí. Pensaba que cuando me presentara los fans se abalanzarían sobre mí  para pedirme autógrafos y todo lo que he conseguido es un: "Ah, vale"


La gran sorpresa del festival ha sido este film de Ryan Wise, que ha terminado llevandose el premio del público y que vendría a ser el reverso cómico de "Anvil", con la que tiene evidentes paralelismos aparte de la nacionalidad de sus protagonistas. Si aquella llegaba al corazón del espectador a través de la emoción, "I Am Thor" lo hace mediante el humor, la exaltación del bizarrismo y el sentido de lo absurdo.

Más "Spinal Tap" que la propia "Spinal Tap", la película narra la carrera artística de Jon Mikl Thor desde los años 70 hasta la actualidad. Culturista, stripper en Hawai y aspirante a estrella del Glam Metal, su trayectoria está trufada, a modo de palos en las ruedas, de incidentes surrealistas, situaciones inverosímiles y pura mala suerte. Pero Thor, inasequible al desaliento, no ceja en su intento de conseguir la tan esquiva fama y al final encontrará su Nirvana particular en Escandinavia, qué mejor lugar tratándose del hijo de Odin.

Wise trata a su criatura con mucho cariño que, aunque a menudo no parece ser muy consciente de la realidad, jamás pierde ni el sentido del humor ni el espíritu de lucha. El film está plagado de momentos antológicos: su aparición en la Comic Con de San Francisco, el gag recurrente del cinturón de calaveras, el descacharrante episodio de las puertas automáticas en el aeropuerto o la llegada al festival en Finlandia. Mención especial al batería Mike Favatta, un entertainer nato que, si le faltara trabajo como músico, podría ejercer de humorista perfectamente.

Seria candidata a mejor comedia del año.




domingo, 9 de octubre de 2016

Calella Rock Fest 2016


Y a la tercera fue la vencida: tras dos intentos fallidos, al final he podido disfrutar en vivo y en directo del Calella Rock Fest. He de decir que me encanta este formato de festival: pequeño y en sala, fuera del circuito veraniego, eminentemente rockero y que suele recurrir no a vacas sagradas pero sí a nombres conocidos de la escena Rock: carteles que aúnan bandas consolidadas de culto, grupos jóvenes y artistas veteranos que conservan su calidad pero para los que ya pasó su momento álgido de popularidad. Un estilo similar al ya extinto, y añorado, Serie Z de Jerez.

La verdad es que esta edición 2016 me ha parecido excelente: gran nivel musical y, por lo que se puede intuir, ha tenido una buena respuesta del público. Vamos a ello.

No pude ver a los gaditanos Electric Alley, pero los comentarios sobre su directo fueron de lo más positivo, cosa nada extraña tras escuchar su disco "Get Electrified", un auténtico pepinazo de Hard Rock clásico.


Stonerider


Ganas de ver a Stonerider, cuyo disco "Hologram" ha sido toda una sorpresa, por partida doble: a causa de su enorme calidad y por el giro estilístico que les ha llevado del rock clásico de sus inicios a una mixtura Southern/Psicodelia/Prog en el que brilla especialmente la guitarra de Matthew Tanner.




En directo son bastante siesos, muchos grupos de onda sureña ya lo tienen esto, aunque hay que reconocer que su propuesta, que tira mucho hacia la creación de atmósferas, tampoco da para hacer Stage diving ni patear instrumentos, pero sonaron increiblemente bien y se confirmó que Tanner es un crack. Tocaron "Hologram" prácticamente al completo con "Elevator Operator", "Sleepwalking Awake" y la grandiosa "Your Chains" (probablemente mi canción favorita de lo que llevamos de año) como temas más destacados. Grupo al que habrá que seguir de cerca.


Joe Lynn Turner


Me lo pasé francamente bien pero, visto objetivamente, da un poco de pena (y de rabia también) que un cantante del nivel de Turner y que tiene un currículum más que respetable recurra a argucias de dudosa elegancia para obtener el aplauso fácil.



Y es que oírle cantar "Man on the Silver Mountain", "Long Live Rock'n Roll", "Perfect Strangers" o "Smoke on the Water" (¿era realmente necesario?) producía bastante estupor. Afortunadamente, la banda que lo acompañaba, los suecos Dynazty; resultaron ser músicos más que solventes y con una presencia escénica imponente (la genética nórdica ayuda, desde luego), que solo hubiera faltado traer un grupo de saldo. Entre eso y que tuvo a bien cantar, estas sí con todo el derecho del mundo, "Death Alley Driver", "Stone Cold", "I Surrender" o una sorprendente "Miss Mistreated", el propio Turner comentó que no acostumbraba a cantarla, el saldo acabó siendo favorable. Mr. Turner, de cara a próximas visitas, mire de cambiar el setlist y, por ejemplo, incluya temas del Hughes & Turner Project, que había algunos bien chulos. Y puestos a hacer versiones, haga algunas de "Under Cover", que estaban bastante bien. Las verbenas para Sant Joan y ya.


Backyard Babies


Tras su "retirada" en 2010, los Babies han vuelto con energías renovadas y Dregen de nuevo a bordo. Su concierto, que cerró la primera jornada del festival, fue estupendo: sonaron como un cañón (la sonorización de la batería es de las mejores que he oído últimamente) y en canciones como "Brand New Hate", "Star War", "Highlights" o "Look At You" se salieron. 



Además estuvieron pletóricos en actitud y entrega, aunque a Dregen esa nueva estética entre Rocky y un delincuente juvenil británico no le acaba de sentar bien. Puestos a poner peros, el setlist no me acabó de convencer, aunque quizá el problema sea mío. Sea como fuere, es quejarse de vicio, por mí que vengan cada semana.



De la segunda jornada me perdí a Imperial Jade (no se puede estar a todo), otros de los que también me hablaron bien.


Ben Poole


Con Ben Poole me pasa un poco lo mismo que con el Oli Brown pre-Raven Eye, Laurence Jones u otros bluesmen salidos de las Islas Británicas: técnicamente son brillantes, pero son tan guapos, jóvenes, aseados y, a veces, tímidos en el escenario, que no me acaban de llegar.



De lo anterior podría deducirse que para tocar blues tienes que ser viejo, feo y, preferiblemente, negro, pero no sería eso, es más una cuestión de, llamemosle, feeling. Como decía antes, de técnica va sobrado: la versión que se marcó de "Have You Ever Loved a Woman" de Freddie King fue espectacular, pero sus propios temas resultaban bastante anodinos y, en cierto modo, demasiado "blandos". De todas maneras es un músico joven y al que se le prevé un brillante futuro a la que vaya ganando tablas y mejorando en aspectos compositivos.


Ten Years After


Sin Alvin Lee, Ten Years After no son tales, en eso creo que estaríamos todos de acuerdo, pero puestos a buscar un sustituto, no se me ocurre nadie mejor que Marcus Bonfanti, todo un talento. Si antes hablábamos de la excesiva "limpieza" de algunos bluesmen británicos, en este caso es todo lo contrario: toneladas de carisma y presencia escénica al servicio de una voz profunda e incendiaria guitarra.



Liderados por Bonfanti (su solo en "I Want To Change the World" fue espectacular) y con el buen hacer de Ric Lee, Chick Churchill (los dos supervivientes de la banda original) y el ex-Whitesnake Colin Hodgkinson, TYA nos regalaron otro bolo estupendo, con temas legendarios como "One of These Days" o "Me and My Baby". El, inevitable en estos casos, solo de batería cortó un poco el ritmo del concierto, pero la recta final con, "Love Like a Man", "I Say Yeah", "Good Morning Little Schoolgirl", "I'm Going Home" y "Choo Choo Mama" en el bis fue demoledora. Ciertamente, gallina vieja hace buen caldo y todavía más si metemos también a un gallo joven.


Michael Monroe


Michael Monroe, definitivamente, juega en otra liga. Este hombre es incapaz de dar un mal concierto: vendrá con bandas mejores o peores; tendrá buen o mal sonido pero, sean cuáles sean las circunstancias, lo borda siempre. De todas las veces que lo he visto, unas cuantas ya, diría que esta ha sido de las mejores. En este caso, además, con un sonido estupendo y probablemente la mejor banda que ha tenido: una máquina perfectamente engrasada y que, a día de hoy, le puede patear el culo a cualquiera.








El setlist fue tremendo, una combinación de temas de todas sus épocas: "Motorvatin'", "Hammersmith Palais", "Malibu Beach Nightmare", "Dead, Jail or Rock'n Roll", "Man with No Eyes"... Canciones de sus últimos discos, que no desentonan para nada y van camino de convertirse en imprescindibles: "Trick of the Wrist" "This Ain't No Love Song", "Ballad of the Lower East Side", "Keep Your Eye on You", "Under the Northern Lights", (durante la cual intercalaron fragmentos de "Now I'm Here", de Queen y "Who Are You" de los Who), "Child of the Revolution"... Y, finalmente, las consabidas versiones, en este caso "Up Around the Bed" de la Creedence y "I Wanna Be Loved", de los Heartbreakers: Un concierto apoteósico con un Monroe hiperactivo e incansable, que casi desmonta el escenario a hostias cuando ya había terminado el bolo. Si su secreto es la leche de soja que estuvo bebiendo durante el concierto, desde mañana no voy a tomar otra cosa.

Excelente epílogo, pues, para este fantástico festival del que no se puede decir nada malo: cómodo, muy bien comunicado y a tiro de piedra de Barcelona, excelentemente organizado (los horarios se cumplieron a rajatabla), precios de bebida y comida imposibles de ver, por baratos, en otros eventos y un sonido rozando la perfección.

Esperemos que, además del artístico, el balance económico sea favorable, los números salgan y el festival nos dure muchos años, que buena falta nos hace.


lunes, 9 de noviembre de 2015

Festival Beefeater In-Edit 2015


















Ayer terminó la edición 2015 del festival In-Edit y ya se conocen los ganadores: en la categoría de mejor documental internacional el premio ha sido, ex-aequo, para "Orion: The Man Who Would Be King" y "The Ecstasy of Wilko Johnson", que comentaremos más adelante. En cuanto a la categoría de documental nacional, el vencedor ha sido "Rumba 3 de Ida y Vuelta".

Magnífica esta edición, nada extraño por otra parte, pues es la tónica habitual de los últimos años. A continuación una breve reseña de los cinco documentales que he tenido la oportunidad de ver, todos ellos muy interesantes, ya sea por su contenido o por cuestiones formales.


Salad Days: A Decade of Punk In Washington, DC


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Wishing for the days
When I first wore this suit
Baby has grown older,
It's no longer cute
Too many voices
They've made me mute
Baby has grown ugly,
It's no longer cute

Sabor agridulce con este documental: de un movimiento y de personajes tan interesantes como Ian McKaye o Henry Rollins la expectativa era un film explosivo, pero no. Está bien, pero una estructura muy canónica de imágenes de archivo + testimoniales (esperaba algo más innovador) y una narrativa a veces un poco confusa lastran un poco el resultado final.

Aún así, la película dibuja un retrato bastante inteligible de la escena, haciendo hincapié en la creatividad, el DIY y la efervescencia de ese momento y ese lugar, sin eludir sus aspectos más polémicos, como la violencia, el machismo y toda la controversia generada alrededor del Straight Edge.

Lo mejor del documental es, sin duda, su archivo de imágenes en un expresivo blanco y negro: las instantáneas de Jim Saah (que ejerce también como director de fotografía), algunas de ellas impresionantes, son el mejor testimonio de esa época.


Mr. Dynamite: The Rise of James Brown



Yo no podía soñar con otra cosa que no fuera ser un obrero, es lo que era mi padre, lo que veía a mi alrededor. Yo soñaba con poder comer.

Eléctrico film de excelente montaje, con momentos francamente divertidos (la anécdota relacionada con Little Richard es de traca) y ritmo contagioso, imposible estarse quieto, como era de prever. Tal y como anuncia el título, es un repaso a la vida y carrera de James Brown, desde la niñez y hasta sus inicios con un Soul/R&B de corte clásico, pasando por la transición hacia el Funk y un sonido más moderno, y acabando en los años 70, "época del bigote" la llaman en la película, que marcan el inicio de su decadencia.

"Mr. Dynamite" confirma lo que ya era más o menos sabido: su capacidad de trabajo, su talento natural e instinto para los arreglos de metal (virtud compartida con Otis Redding) y su determinación; como conocidas eran también su legendaria tacañería, el despotismo con el que trataba a sus músicos y su desconfianza hacia la humanidad en general. En este sentido, el documental es muy equilibrado: luces y sombras andan más o menos a la par, aunque uno no puede dejar de estremecerse oyendo contar a Maceo y Melvin Parker (batería y saxo de la formación clásica de JB) una siniestra anécdota, con pistola de por medio, que no deja en muy buen lugar a Mr. Brown.

Aparte del montaje, otro aspecto muy atractivo de la película tiene que ver propiamente con la música: la diferencia entre el "1" y el "2" (si ven la película lo entenderán), los distintos estilos de batería que convivían en la banda y cómo se complementaban entre sí o algunos trucos que utilizaban tanto en el estudio como a la hora de componer.

Destacar también la calidad de los testimoniales: Mick Jagger (que últimamente se apunta a todas), Pee Wee Ellis, Fred Wesley, Chuck D (Public Enemy), Bootsy y Catfish Collins o los hermanos Parker.

Si tuviera que ponerle un único pero es el poco tiempo que se dedica a la influencia ejercida en artistas posteriores, como Michael Jackson, Prince o las bandas de Hip-Hop, apenas 3-4 minutos, que no alcanzan para poner de manifiesto el enorme peso específico que ha tenido James Brown en buena parte de la música negra que se hizo a partir de los años 70.


The Ecstasy of Wilko Johnson



No hay cosa que no puedas hacer cuando sabes que vas a morir

El documental ganador de esta edición 2015 lo firma el siempre heterodoxo Julien Temple que, aquí realiza un trabajo francamente brillante. Íntimo amigo de Wilko desde el rodaje de "Oil City Confidential", cuando el guitarrista se enteró de que le quedaban pocos meses de vida, le propuso al realizador que filmara sus conversaciones a modo de testamento vital, sin intención alguna de realizar una película. Un caprichoso giro del destino, que no desvelaremos aquí, hizo que estas charlas se convirtieran finalmente en un documental.

¿Qué se siente cuando a alguien le diagnostican un cáncer terminal? ¿Cómo se afronta el poco tiempo que a uno le queda? A partir de esta premisa y utilizando como Leitmotiv la poderosa, y ya icónica, imagen de la parca jugando al ajedrez con su víctima que Bergman inmortalizó en el "Séptimo Sello", Temple crea una conmovedora, preciosista y visualmente cuidadísima reflexión sobre la vida y la muerte.

Para ello, crea un hilo argumental paralelo al de la película "A Matter of Life and Death", un clásico del cine británico de los años cuarenta protagonizado por David Niven, para desarrollar una historia en la que va intercalando una riquísima, a veces apabullante, colección de referencias cinematográficas ("Nosferatu", "Simón del Desierto", "La Bella y la Bestia"...), artísticas (Doré, William Blake...) y literarias (Shakespeare, Milton, Wordsworth...).

De entrada podría parecer un planteamiento muy pretencioso, pero da la casualidad de que Wilko, que ejerció un tiempo de profesor, es un personaje casi renacentista (quién lo diría), amante de la literatura, la cultura clásica y la astronomía. El propio Temple dice de él que en una conversación normal es capaz de intercalar citas literarias o partes de poemas: "Si no lo conoces parece realmente un loco". Lo cierto es que, viendo el resultado final, fue una acertadísima idea.

Y Wilko Johnson da mucho juego como personaje: su talante y peculiar sentido del humor, sus inquietudes culturales, sus reflexiones, algunas de ellas sorprendentes para alguien que está al borde de la muerte, y sus vivencias hacen que uno llegue a identificarse completamente con él.

Si a todo ello le añadimos algunas escenas francamente emocionantes, cómo cuando recuerda a su mujer, que murió también de cáncer hace unos años, o las imágenes de su último concierto en Japón, tocando "Bye Bye Johnny" para cerrar su actuación y el ingenuo frikismo de los japoneses luciendo en todo su esplendor, nos queda una película que trasciende cualquier género para convertirse en una auténtica lección de vida.


The Jam: About the Young Idea



No se puede ser Punk con 40 años, pero sí puedes ser Mod con 50 ó 60, es algo atemporal.

Otro interesante documental, también de formato muy clásico, que narra la historia de la mítica banda británica desde sus inicios hasta su separación, motivada por la interminable dinámica disco-gira-disco-gira, su estrecho horizonte (era una banda muy british, difícil de entender fuera de su contexto) y la necesidad de buscar nuevos retos artísticos.

El aspecto novedoso es que en este caso los testimoniales no son solo los típicos relacionados directamente con el grupo, sino que se incluyen las reflexiones de fans de The Jam, algunos ilustres, como el actor Martin Freeman (Bilbo Bolson en "El Hobbit") y otros anónimos, como la fan japonesa que viajó a Londres para verlos y se quedó para siempre, que cuentan cómo influyó en sus vidas la música del grupo. Este inteligente planteamiento permite ver las cosas desde el otro lado, ya no solo desde la perspectiva del artista sino desde la percepción del fan y sus sentimientos respecto al grupo.

Además de poder ver cómo se las gastaban The Jam en directo, que en tomas de canciones como "In The City", "A Town Called Malice" o "Going Underground" demostraban un poderío y consistencia tremendos, el documental dibuja al mismo tiempo un certero fresco sobre las últimas décadas de la historia británica. The Jam siempre fueron una banda muy de clase obrera y muy política, la explicación de como surgió la canción "The Eaton Rifles" es una buena muestra de ello, y su música y sus letras son un un buen reflejo de la evolución cultural (el Pub Rock, la explosión del Punk y el movimiento Mod, el surgimiento de la New Wave...) y política (el Thatcherismo, la crisis económica e industrial) en el Reino Unido.

Imprescindible para fans de la banda y amantes de la cultura Mod y la música británica.


Janis: Little Girl Blue



Janis siempre decía que cantar en directo era como hacer el amor. Pero eso es una ilusión: el concierto se termina, los fans se van a su casa y tú te quedas a solas contigo mismo.

"Janis" ha sido la película con el que se ha clausurado el festival. Pese a que anteriormente ya se había realizado alguna obra sobre ella, como el documental "Janis Slept Here" (1994) o el biopic "La Rosa" (protagonizado por Bette Middler), este es el film definitivo sobre su legendaria figura.

Larga y bastante densa, la película narra su vida con todo lujo de detalles, desde su infancia en Port Arthur (Texas) hasta su ascenso a la fama a partir del Festival de Monterey. La narración refleja perfectamente las dos caras de la cantante: por un lado su desparpajo personal, su talento natural para cantar, su aparente dureza; por el otro su extrema fragilidad y su necesidad constante de atención y aceptación, acentuada por el acoso que sufrió de adolescente en la escuela y en la universidad.

Lo cierto es que la perspectiva sobre su figura es muy completa y los testimonios abundantes: hermanos, amigos de la infancia, miembros de Big Brother y Grateful Dead, amantes, entre ellos un sorprendente Dick Cavett, el presentador de TV con quién siempre se especuló que tuvo un romance, que él mismo se encarga de confirmar de manera muy elegante. Sus adicciones e inestabilidad emocional están muy presentes en casi todos los testimonios, como no podía ser de otra manera.

Pero todo eso carece de importancia cuando la vemos en el escenario: es difícil que no se te erice la piel cuando la vemos desgañitarse y desnudarse emocionalmente; cuando la cámara enfoca su rostro en primer plano mientras canta "Tell Mama", "Ball and Chain" o "Cry Baby"; o sus míticos conciertos en Monterey o Woodstock, un auténtico tour de force de una bestia escénica como ha habido pocas.

Aunque la auténtica Janis quizá se encuentra en las imágenes que aparecen en la película del documental nunca terminado de D.A. Pennebaker o en las secuencias de otro documental, "Festival Express": en el estudio grabando, bromeando con su descaro habitual, rodeada de músicos, cantando con su guitarra, en su salsa.

Un personaje inmortal.


martes, 8 de septiembre de 2015

Donnie Vie & Baz Francis. Sala Rocksound, 06/09/2015


La etiqueta "artista maldito" parece hecha a medida para Donnie Vie: un compositor de indudable talento e impresionante sensibilidad Pop cuya grandeza artística es inversamente proporcional al escaso tino con el que ha llevado su trayectoria profesional y personal; una mezcla de dejadez, mala suerte y excesos de todo tipo.

Vie tuvo sus cinco minutos de gloria con Enuff Z'Enuff, la banda que formó junto con el bajista Chip Z'Nuff, un poco los perros verdes del Glam Metal, de moderado éxito comercial pero con status de grupo de culto gracias a un puñado de temas excelentes.

Tras varios años de idas y venidas de la banda y de desencuentros con Chip, Vie se lanzó en solitario, con similares resultados: buenos discos, quizá un tanto irregulares, de nula repercusión pero siempre con 4 ó 5 joyas que valían su peso en oro.




Tras una época virtualmente desaparecido, Vie volvió en 2012 con un disco excelente, "Wrapped Around My Middle Finger", y el año pasado publicó "The White Album", un disco doble, con bastantes altibajos, en el que mezclaba retales, outtakes y temas discretos con canciones excelentes.

Con la inestimable ayuda de Baz Francis, cuyo proyecto musical, Magic Eight Ball, merece mucho la pena, Vie se ha embarcado en una mini-gira europea que ha pasado por Barcelona.

A pesar de que su errática trayectoria no invitaba al optimismo lo cierto es Vie está en buena forma, de buen humor y nos regaló un concierto magnífico. Permanente arropado por Francis, que abrió la noche demostrando ser un soberbio cantante y compositor, entre los dos sacaron adelante un concierto que tuvo grandísimos momentos.




Destacaron los temas de Enuff Z'Enuff, como los clásicos "New Thing", "Fly High Michelle" (coreada con entusiasmo por toda la sala), una impresionante "Time to Let You Go" o la menos conocida "How Are You".

De "The White Album" tocaron varios temas, entre ellas, la emotiva "For Your Pleasure" con un Francis estratosférico a los coros y segundas voces, la no menos impresionante "Unforsaken" y "You're My Favourite Thing to Do". De discos anteriores me gustaron especialmente la bonita "Now Ya Know" (de "Wrapped Around My Little Finger") y "Spider Web", de "Just Enough".

Cerró el concierto con "Imagine", de John Lennon, tema quizá excesivamente sobado pero del que Vie hizo una extraordinaria interpretación, únicamente voz y piano, premiada con una espectacular ovación del escaso pero muy entusiasta, público.

Hará bien Vie manteniéndose a la vera de Baz Francis: no sé si le va a llegar para enderezar su carrera, quizá ya sea un poco tarde, pero no se me ocurre mejor partner que él: buenísimo cantante, de voz cálida y llena de sentimiento, que comparte con Vie un sentido compositivo común, muy orientada al Power Pop. Juntos conforman un dúo magnífico, con química y feeling, capaz, como anoche, de poner los pelos de punta.

viernes, 1 de mayo de 2015

Pixar: 25 años de animación


Una película es un contrato entre el director y el público: el director ofrece un mundo imaginario y el público interpreta esta creación. Con el porcentaje adecuado de realismo, un filme resulta perfectamente creíble, y esa verosimilitud depende de la aplicación coherente de las reglas de ese mundo fílmico. Para crearlas, los realizadores de Pixar empiezan documentándose y se concentran en lugares, objetos y fenómenos del mundo real. Luego destilan esa amplia colección de datos para obtener unos principios primordiales que darán forma a su creación. El resultado es un mundo nuevo y, a la vez, reconocible, ficticio pero intuitivamente real.


El secreto de Pixar no tiene mucho secreto, valga la paradoja; el propio John Lasseter, el alma creativa de los estudios, afirma que cualquier película de Pixar se basa en tres elementos esenciales: el personaje, el mundo y la historia. Justamente en torno a estos tres pilares se basa la espectacular exposición que celebra los 25 primeros años de Pixar (recoge material desde 1986 hasta 2011) y que podrá verse en el CaixaForum de Barcelona hasta el 3 de mayo.

Una película de animación es una tarea titánica, que puede llevar años de trabajo y en la que intervienen multitud de profesionales de diferentes campos: documentación, storyboard, diseño de personajes, creación de modelos, coloreado, elaboración de de texturas, iluminación, animación... La exposición nos guía a través de los diferentes procesos que se llevan a cabo, desde los primeros bocetos hasta el producto definitivo. Se recogen hasta cuatrocientas piezas, entre dibujos, maquetas y otros elementos.

Aquí tenemos, por ejemplo, el Storyboard de la inolvidable escena, cuatro minutos, sin diálogo, únicamente música e imágenes, que narra la vida en común de Carl y Ellie en "Up", desde su boda hasta la muerte de ella.














La exposición muestra también diversos "Colorscript", que vendría a ser el guión o la pauta de color de diferentes escenas, de tal manera que se conserve la coherencia y se pueda hacer énfasis en los aspectos emocionales vinculados a determinado color y/o iluminación, como en esta sucesión de escenas de "Toy Story 3".



Decidir el aspecto final que tendrá un personaje no es tarea fácil: se realizan multitud de bocetos y pruebas hasta conseguir un resultado convincente. Aquí tenemos una serie de diseños con una versión primigenia de Sully, de "Monstruos S.A.":


Una vez escogida la versión definitiva del personaje, en el que se tienen en cuentas hasta los más mínimos detalles, hay que hacer un modelo en arcilla, que se digitaliza para posteriormente animarlo y darle el color y la textura correspondientes, como es el caso del oso Lotso, de "Toy Story 3":





Aunque posiblemente la parte más impresionante de la exposición sea "Artscape", una instalación en la que, a partir de diferentes bocetos, dibujos y animaciones, se crea una experiencia de animación tridimensional realmente asombrosa.

Una exposición preciosa e imprescindible para Fans de Pixar y del cine de animación y para cualquier interesado en disciplinas como el dibujo, el diseño o la animación digital.



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